La consultora Mihagro posteó en la red social Instagram una serie de situaciones u organización del territorio donde se mueven las vacas que les generan temor. Las principales son las siguientes:
Entradas demasiado oscuras: Un problema de contraste. Al pasar de una zona bien iluminada a otra más oscura, la vaca no va a ver lo que hay dentro de la zona oscura y se va a resistir a entrar. Conviene colocar una luz dentro o paneles translúcidos para iluminar.
Golpes y ruidos: Está comprobado que un grito es igual de estresante para la vaca que un golpe. Ambos producen inhibición en la oxitocina (hormona que promueve la bajada de la leche) y generan stress, miedo y baja en la producción.
Corrientes de aire de frente: A las vacas no les gusta que les sople el aire de frente. Este comportamiento lo debemos tener en cuenta a la hora de instalar ventiladores en el tambo.
Ropa o cualquier otro objeto colgado en las puertas y vallas: Esto va a detener a los animales, especialmente si la pieza o el objeto es de color amarillo.
Evitar plásticos y papeles que se muevan por la instalación
Movimientos bruscos de la gente delante o al lado de las vacas:
Objetos pequeños en el suelo:
Rejillas de alcantarillado en el suelo: La vaca asume que lo oscuro es profundo.
Reflejos en metal liso: Las planchas de acero inoxidable presentes, por ejemplo, en la sala de ordeño, reflejan la luz y pueden asustar a las vacas.
Cadenas o cuerdas colgadas que se mueven: Ese elemento, al moverse, puede hacer que los animales se paren o rechacen pasar.