El flamante presidente de la Rural de Rafaela analizó la coyuntura que atraviesa la actividad, signada por varios factores que atentan contra el negocio. Y advirtió: "si continuamos así, nos enteraremos pronto del cierre de tambos".
Sin dudas, la lechería es una de las economías regionales más complicadas en la actualidad. A los problemas estructurales, que arrastra hace décadas, se le suman varios factores propios de la coyuntura que atentan contra la rentabilidad del negocio. Desde hace meses, con varias devaluaciones sucesivas y un clima adverso por la falta de lluvias (al menos hasta noviembre), los tambos vienen «a los tumbos».
Leonardo Alassia es una voz autorizada para hablar de lechería. No solo porque preside la Sociedad Rural de Rafaela, la entidad gremial más representativa de la actividad, sino porque junto a su familia están abocados de lleno en un negocio que viene dando números rojos.
«Hace aproximadamente ocho o nueve meses que se trabaja a pérdida. En diciembre, el aumento del precio de litro de leche fue de un 27% y por primera vez, después de varios meses, fue prácticamente igual a la inflación mensual», remarcó. Y aclaró: «pero todos los meses anteriores estuvo por debajo».
Para el dirigente, «hoy por hoy la lechería no es rentable» y advirtió qué puede ocurrir en el caso que la situación no se revierta en el corto o mediano plazo: «si continuamos así nos enteraremos de cierres de tambos».
Mercado institucionalizado
La Rural de Rafaela, ligada a CARSFE y CRA, viene pregonando hace años una idea para generar transparencia en la cadena láctea: crear un mercado institucionalizado, tal como sucede con los granos y la carne, que tienen precios de referencia, «
«Queremos que haya transparencia, que no esté la balanza inclinada siempre para el mismo sector», sostuvo Alassia. Y, por supuesto, también hubo «un palito» para el Estado, cuya voracidad fiscal se siente con fuerza en el sector: «es un actor muy importante en el costo de la leche y en el pago de esa producción. El 30% de lo que vale el litro de leche en góndola son impuestos de los distintos Estados».
Pese a la insistencia de las entidades, los gobiernos nunca han dado una respuesta sobre la propuesta de la Confederación. Por eso, el presidente ruralista fue contundente: «queremos que se nos escuche de una buena vez y que nos den una respuesta para saber qué camino tomar. Hoy estamos a la deriva, como hace muchos años, y esto nos hace preguntar hasta cuándo vamos a estarlo».
Fuente: La Opinión