Apuntes para el gerenciamiento de tambos

La dirección profesional de una empresa productora de leche abarca múltiples facetas y quisiera compartir algunos pensamientos que pudieran ser de utilidad a aquellos que están en funciones gerenciales o intentan abordarlo.

El factor técnico

El perfil técnico de un gerente para producción lechera sería similar al de un médico clínico pues abarca, con cierto nivel de profundidad, todos los temas que hacen a la salud del sistema manteniendo el equilibrio entre lo técnico y lo económico.

Se debe estar consciente de que no hay una receta para armar un sistema de producción, pero, de acuerdo con la conjugación de los factores tierra, trabajo y capital, se buscará implementar un planteo eficiente para los objetivos de producción escogidos (ver diagrama “Dinámica Sistemas de Producción”) y lo más ajustado posible a la vocación empresarial. En este contexto, el logro de una alta eficiencia técnica es condición necesaria para el logro de buenos resultados económicos y es natural pensar que la mayoría de los individuos busque un nivel de eficiencia adecuado para su situación, cosa que algunos lo logran maximizando la producción y otros minimizando los medios. El CÓMO suele ser más importante que el QUÉ. La actividad demandará una habilidad para reconocer causales de las anomalías o los desvíos técnicos como también sensibilidad para percibir aspectos emocionales que puedan estar afectando al personal. Es muy útil contar con una red de contactos especialistas a los cuales consultar o involucrar para cuando el caso lo amerite.

El factor humano

Para cumplir los objetivos productivos el personal del establecimiento es fundamental. Descontando que dispongan de las comodidades necesarias y suficientes, se requiere lograr involucrarlos emocionalmente en la tarea: que sean y se sientan parte del proyecto. El éxito del gerenciamiento de un proyecto tambero requiere lo que un buen “Plan del Robo del Siglo”: ¡armar un buen equipo de “cómplices”! Un cómplice es un compañero que conoce el plan, conoce los riesgos, asume su responsabilidad y confía en el resto…y también, al igual que para la ley, es una persona sin la cual “no sería posible perpetrar el hecho”. La recompensa tiene un aspecto económico y uno emocional por lo que hay dos maneras de pagar: uno con moneda y otro con reconocimiento.

Privilegiar el diálogo por sobre el monólogo y la transmisión de las ideas por sobre las órdenes. Generar un ambiente donde haya feedback, potenciando la reflexión de ambas partes. Un líder que no sepa escuchar en poco tiempo tendrá colaboradores con nada para decir. La mayoría de los operarios que uno encuentra en los tambos tienen “hambre de gloria”, ¡les gusta hacer las cosas bien y poder comentar en reunión de amigos, colegas o familia” …estamos sacando 30 litros!”

La seguiremos!

Por Marcos Snyder, quien realiza tareas de gerenciamiento en tambos de la provincia de Buenos Aires. Publicado en el portal Dairylando.com

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