Al analizar la evolución de la producción de leche en Argentina, observamos una tendencia a la concentración de los tambos, un fenómeno que sucede tanto en Argentina, como en el resto del mundo, y que implícitamente marca un camino de intensificación en la producción.
Año tras año nos encontramos con un menor número de tambos en actividad a la vez que la producción va creciendo en un contexto de mayor producción individual y aumentos de carga animal por establecimiento. En el gráfico “Evolución de los sistemas de producción” podemos ver la evolución quinquenal hasta el año 2020 y una proyección al 2025 para distintos indicadores que describen la dinámica de los sistemas de producción.
Las causas de reducción de tambos en Argentina arrancan, en los años sesenta, con la aparición del equipo de ordeñe automático lo que permitió a los establecimientos productores de leche terminar con el ordeñe a mano y juntar dos o más tambos en uno más grande. Esto redujo, a medida que se iba adoptando la tecnología, la existencia de tambos a la mitad en poco tiempo. En Argentina actualmente estimamos que en general hay más de 1 tambo por productor y la tendencia se mantiene vigente: la incorporación de tecnología permite trabajar con tambos más grandes.
Cuando la reducción de tambos se produce dentro de la misma empresa la cantidad de vacas suele mantenerse. Cuando esto no sucede, alrededor del 15-20% de las vacas van a feria y el 80-85% engrosan el rodeo de otro establecimiento.
En el siguiente gráfico podemos ver cómo en los últimos 13 años ha caído en -8,1% el número de tambos en actividad, marcando una caída mayor para los tambos de menos de 4.000 lt/d (-8,9%) casi el doble comparado con el -4,3% observado en la desaparición de tambos de más de 4.000 lt/d. Lo interesante es ver que en el mismo período la producción total de leche en Argentina creció +9,1% estimado una diferencia de 900 millones de litros extra para el 2021. La brecha productiva entre los tambos de más tamaño versus los de menos tamaño se va ampliando.
En el transcurso de los últimos 30 años Argentina experimentó esta concentración “a la criolla”, donde nos encontramos con más vacas por tambo, pero NO más aguadas, ni más personal, casas, etc., con lo que fueron creciendo también los problemas sanitarios, reproductivos, mortandades, explicando en buena medida la reducción del rodeo nacional.
El caso de la mortandad de vacas es paradigmático: al reducir el poder de atención de la vaca por parte del operario, por un aumento sustancial de vacas/persona en los tambos, pasamos de 4-5% de mortandad anual a 8-9%. El acceso a tecnología vigente, como es el uso de collares y puerta apartadora, hoy permite reducir sensiblemente esta mortandad volviéndola a aquel 4-5%. La mejora en atención de la salud de los animales (consideremos que el collar detecta una anomalía ruminal 2-3 días antes que un operario capacitado) también mejora la producción por vaca. Este acceso a tecnología se observa mayormente en los tambos con más de 4.000 lt/d por lo que la brecha se va a ir agrandando, generando un mayor detrimento de la competitividad de los tambos más chicos.
El acceso a financiación razonable para proyectos de inversión tecnológica, entre otras cosas, serían políticas activas para que esta brecha no se siga magnificando, poniendo en serio peligro a la mitad de los tambos en Argentina.
Por: Marcos Snyder – Dairylando.com