Para sintetizar y aterrizar los conceptos en la práctica, Juan Grigera explicó: “cuando logramos implementar en los campos un plan de alimentación pre y posparto que sea simple, que sea sencillo, que muchas veces puede ser hasta más económico que un plan que no está suficientemente ordenado y logramos que las vacas transiten esta etapa exitosamente siempre vamos a estar trabajando con rodeos más sanos, en definitiva, con una menor incidencia de muertes y descartes a lo largo de la lactancia”.
“Una menor incidencia de muertes y descartes en un tambo comercial tiene un tremendo impacto en definir la respuesta o el resultado económico de las empresas”, declaró el médico veterinario.
Prevención de Hipocalcemia
“El objetivo central en el preparto, para prevenir esta enfermedad, es tratar de poner en marcha el mecanismo a través del cual se moviliza calcio desde el hueso de manera anticipada a través de la dieta del preparto para que las vacas el día del parto tengan este mecanismo suficientemente activo para hacerse del calcio necesario a través de la movilización del calcio del hueso”, informó Grigera.
Para evitar esta enfermedad el consultor privado dijo que “existen dos formas de prevenir la hipocalcemia, ambas apuntan a darle una señal a la vaca a través de la alimentación en el preparto para que empiece a movilizar ese calcio desde el hueso de forma anticipada”.
Dieta baja en calcio
El veterinario comentó que una de estas formas son las dietas bajas en calcio, y agregó: “cuando decidimos implementar la prevención de hipocalcemia a través de las dietas
bajas en calcio, obviamente debemos evitar el pastoreo directo porque muchas veces las pasturas suelen ser altas en calcio y en potasio, deberíamos armar dietas basadas en silos de maíz o de sorgo dependiendo la zona, con una alta participación relativa de heno de gramíneas y es muy importante recordar que nunca deberíamos ofrecer en la premezcla del preparto o en el balanceado ninguna fuente de calcio, ya que justamente lo que estamos queriendo es armar una dieta baja en calcio”.
Sales aniónicas
En cuanto a otras maneras de prevenir la hipocalcemia, Grigera manifestó: “la otra alternativa es la utilización de sales anionicas, cuando las implementamos correctamente suponen una estrategia de prevención más segura, el tema es que implica a veces alguna complicación operativa un poco mayor, porque no se trata de dar o no dar sales anionicas sino fundamentalmente de dar la dosis correcta considerando que cantidad de potasio tiene la dieta base”. Y agregó: “si vamos a utilizar sales anionicas lo más prolijo y ordenado sería analizar nuestros alimentos sobre todo el nivel de potasio, sodio, cloro y azufre de nuestros alimentos y también en base al análisis de alimentos definir una dosis y empezar a controlar el PH de la orina”.
Suplementación de magnesio
“Ya sea que estemos utilizando una dieta baja en calcio o una dieta con sales anionicas es central en los prepartos trabajar con niveles realmente altos de magnesio. El magnesio es algo barato y seguro de dar en los prepartos y es el principal factor predisponente, por lo cual la suplementación con magnesio es básica en cualquier plan de trabajo de vaca en transición”, expresó el médico veterinario.
Confort de las vacas
“Otro aspecto central es el confort de las vacas, en relación al barro y al calor, cualquier problema de disconfort aumenta muy rápido los niveles de cortisol en sangre de las vacas y los niveles de cortisol elevados en sangre afectan la interacción de la paratohormona con los receptores y bloquean la respuesta a las dietas y podemos tener severos problemas de hipocalcemia a pesar de tener dietas correctamente balanceadas”, afirmó Grigera, que trabaja de manera muy cercana al INTA.
Prevenir la Cetosis
En cuanto a esta enfermedad, el veterinario declaró que “en definitiva, los cuadros de Cetosis se dan cuando las vacas movilizan una cantidad exagerada de grasa y eso se puede dar fundamentalmente en dos situaciones más comunes en nuestros sistemas de producción; la número uno es cuando la vaca pare muy gorda, esa vaca tiene más reservas para movilizar pero además porque está muy gorda al momento del parto y eso hace que coma menos, una vaca que tiene un consumo bajo y además mucha reserva para movilizar, la movilización es exagerada entonces supera la capacidad del hígado para metabolizar esta grasa y aparece el cuadro clínico de Cetosis”. Y destacó: “pero la causa más frecuente se da, cuando por un problema de manejo, en el preparto o después del parto dejamos a las vacas con hambre, resentimos nosotros por un problema en la asignación de alimentos en el consumo total de materia seca, y esas vacas, aunque estén en un estado corporal intermedio razonable, empiezan a movilizar una cantidad exagerada de grasa y genera esta deficiencia en el metabolismo hepático”.
En este evento virtual, Grigera prosiguió exponiendo sobre la Cetosis, y comentó: “la vaca gorda tiene más predisposición, pero el mayor riesgo en la práctica de nuestros sistemas es un insuficiente consumo de materia seca por poner una cantidad insuficiente de alimento en esas categorías, o al revés; poner una cantidad exagerada de comida y no tener una correcta higiene del comedero”. Y amplió: “es una enfermedad subclínica silente que no notamos a las vacas enfermas, y lo que debemos hacer es monitorearlas o simplemente obsesionarnos en prevenirla, asegurando un adecuado estado corporal al parto y sobre todo una correcta asignación de alimentos en el posparto inmediato”.
Prevención de Acidosis Ruminal
“Como estrategia de prevención para el caso de la acidosis, tiene que ver con dar en el preparto un mínimo de almidón para ya ir instalando la flora que consume el ácido láctico para evitar que después del parto, cuando el consumo de almidón es más alto, ese ácido láctico se acumule”, desarrolló el veterinario. Y extendió: “para esto es necesario dar un mínimo en el preparto cuando no trabajamos con rodeos de vacas frescas, aunque sea si trabajamos con un rodeo de calostro en esos días dar algo menos de ración de lo que van a comer después en el rodeo general, es decir, una cantidad intermedia entre lo que comieron en el preparto y lo que van a comer después”.
“El objetivo central en la alimentación de vacas frescas es dar dietas hipocalóricas con alta fibra y cuidar este aspecto en la transición”, explicó Grigera. Y afirmó que “para prevenir la acidosis debemos considerar el correcto mezclado del mixer, el correcto balance físico de la dieta y los aspectos de competencia”.
Por Matías Medina – Estudiante Comunicación Social UNVM – Pasante Convenio UNVM-Grupo TodoAgro