En 1957, Guillermo Salaverry y Limber Servio fundaron SyS, una de las primeras pequeñas y medianas empresas dedicadas al rubro lácteo en Villa María. Apenas unos años después, importaron desde Europa la primera máquina que se introdujo en Latinoamérica, capaz de producir manteca de forma continua.
Según Carlos Berra, secretario de Investigación y Extensión del Instituto de Ciencias Básicas y Aplicadas de la Universidad Nacional de Villa María (UNVM) y exdirector de Lechería de la Nación entre 2011 y 2018, esa fue la génesis del polo mantequero. Se trata de una actividad que se consolidó en la provincia a través de tres pymes, que hoy concentran entre la mitad y el 70 por ciento de la fabricación nacional de este alimento: Servio (ex-SyS), Elcor y Establecimiento La Primera, de Luis Marcotegui.
“Hace medio siglo, sólo estaba Sancor, que utilizaba mantequeras de madera, un sistema medio artesanal, lento y discontinuo. En ese momento, Mastellone (La Serenísima) no elaboraba este producto. La transformación que lograron Salaverry y Servio fue incorporar una máquina en la que, por un lado, entraba la crema; y por el otro, salía directamente la manteca, acelerando y eficientizando el proceso”, repasa Berra.
A comienzos de la década de 1970, un grupo de queseros que no sabía qué destino darle a la grasa que sobraba del secado de la leche (la manteca usa como insumo precisamente ese derivado) creó la firma Ilca. Así nació la marca La Tonadita, en una planta ubicada en Villa Nueva.
La pyme fue comprada por la familia Piazza, fundadora de Elcor SA, que hoy tiene la fábrica de manteca más avanzada de la Argentina. «Es una de las más modernas de Latinoamérica, con la última tecnología, ni siquiera Mastellone cuenta con la tecnología de Elcor”, asegura Berra.
El otro actor protagónico de esta historia es Luis Marcotegui, quien pasó de ser transportista de crema a convertirse en el fundador del Establecimiento La Primera y de la marca Primer Premio.
Estas tres firmas fabrican entre 1.500 y dos mil toneladas mensuales de manteca, que representan entre 50 por ciento y 70 por ciento de una industrialización total nacional que en los últimos cinco años promedió entre 2.500 y tres mil toneladas, pero con muchas fluctuaciones, según datos de la Dirección de Lechería de la Nación.
Historia emprendedora
Este rol de liderazgo que alcanzaron las pymes mantequeras de la cuenca villamariense se debe al empuje emprendedor.
Con una amplia historia dentro del rubro lácteo, la familia Piazza dio origen a Elcor SA en 1995 y comenzó a potenciarse a partir de 1998, cuando adquirió la marca La Tonadita.
“El pilar de la empresa siempre ha sido la automatización y la tecnología. Con el paso de los años, nos fuimos especializando cada vez más, hasta llegar a tener hoy una gran cantidad de productos en el mercado, con el foco puesto en la calidad y en el servicio”, sostiene Santiago Piazza, gerente de Marketing de la firma.
Con un plantel de 180 empleados, Elcor tiene una capacidad de producción de 1.400 toneladas al mes, y que a partir de enero se ampliará a dos mil toneladas.
Además de la manteca La Tonadita, produce a fasón (sistema industrial a través del cual una compañía fabrica mercadería para otra, que la vende con su propia marca) para numerosos supermercados, como Carrefour, Coto, Walmart, Día, La Anónima, Jumbo, Disco y Vea. Además de proveer a otras empresas lácteas, como Milkaut, Verónica, Tremblay, La Lácteo, Estilo Real y La Varense.
“Además, estamos desarrollando nuevas marcas con grandes cadenas de supermercados de Sudamérica, junto con una gran apuesta en la misma zona geográfica para nuestra marca Tonadita. Actualmente, exportamos en presentaciones industriales a diversos destinos del mundo, y puntualmente Brasil y Rusia son nuestros mayores clientes. Tenemos habilitación para más de 20 países”, agrega Piazza.
En 1972, Luis Marcotegui recuerda que su padre sufrió una enfermedad que obligó a la familia a vender los campos y a tener que salir a trabajar. “Pasé de ser el hijo de un estanciero a ayudante de camionero”, señala.
Con el paso de los años, pudo comprar su propia unidad de transporte con la que compraba y vendía crema. Fue hasta que una mantequera de Tío Pujio terminó con una fuerte deuda y que la pagaron alquilándole la fábrica a Marcotegui, quien se transformó en industrial.
Luego, a fines de la década de 1990, se radicó en Luca, un pueblo ubicado a 25 kilómetros de Villa María, donde montó una planta en la que produce la manteca Primer Premio y para otras 20 marcas a fasón.
“El 13 de noviembre pasado, cumplimos 21 años en Luca. Hemos llegado a producir unas 800 toneladas mensuales”, asegura Marcotegui.
Si bien realizó una exportación a Rusia hace algunos años, decidió quedarse con el mercado interno. Además de Córdoba, la empresa cubre con camiones propios la distribución en San Juan, Mendoza, San Luis y Tucumán, y tiene un total de 70 empleados entre las áreas productivas, de administración y de logística.
Por su parte, Francisco Servio es el CEO de la compañía que fundó su abuelo y que lleva su apellido. “Según la demanda, nuestra producción mensual varía entre 500 y 700 toneladas mensuales, con una capacidad para estoquear hasta 1.500 toneladas en frío”, destaca Servio.
Además de las mantecas SyS y Yolcle, producen a fasón para otras marcas, como El Puente, La Lácteo, Manfrey y la cadena de supermercados Día. Y también exportan. “Tenemos varios clientes en el exterior, en el mercado ruso, en Irán, en Angola, en Egipto; y además, gracias a algunos productos nuevos, estamos por abrir la India y Estados Unidos”, comenta Servio.
La firma tiene dos plantas productivas, una en Villa María y otra en Tío Pujio, en las que trabajan 90 personas.
Por Favio Ré – Publicado en La Voz del Interior ( www.lavoz.com.ar )
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