Cuando la producción lechera se sostiene alrededor de las familias

Establecido por la FAO, que procura incentivar el consumo de leche y su aporte nutritivo en la salud, este 1 de junio se celebró el Día Mundial de la Leche. En esa línea, las Guías Alimentarias para la Población Argentina, desarrolladas por el ministerio de Salud de la Nación, recomiendan la incorporación de tres porciones de lácteos por día.

“Pero nada sería posible si no hubiese productores que desarrollaran e invirtieran en la actividad donde en el mundo se vinculan 1.000 millones de personas con el tambo en la cadena”, informó el presidente de Caprolecoba, Matías Peluffo (en la foto de portada junto a su familia), en base a datos relevados por la FunPel, a El Regional Digital.

“Mientras que en los países en desarrollo los tambos son actividades muy familiares y en las economías desarrolladas hay cadenas muy bien armadas, fuertes y hay mucha relación entre la calidad de los lácteos y el nivel económico de los países”, comparó.

Conforme a lo difundido por la FunPel (Fundación para la Promoción  y el Desarrollo  de la Cadena Láctea Argentina), en el mundo hay  133 millones de tambos, 600 millones de personas viven en los mismos, 400  millones extras prestan servicios a la cadena, genera 240 millones puestos de trabajo directo e indirecto. Mientras que 37 millones de los tambos están liderados por mujeres y 80 millones son empleadas en el tambo.

Peluffo analizó que si uno va a las bases de la humanidad, la ganadería y la agricultura están en los cimientos y, posiblemente, la agricultura sea la que más personas involucre en el mundo y en la tercera cadena agroalimentaria en el mundo es la láctea.

En el país
En la Argentina hay  180 mil puestos de trabajo, entre la industria y parte del entramado socioeconómico.

“Esto se ve en el interior con más claridad, donde si uno reúne diez tambos cuenta con 80 personas y tal vez más, según la escala, donde se genera un empleo de calidad para cosecha leche todos los días. Además, es muy demandante de servicios, maquinarias, insumos y tecnología”, recordó.

En otro párrafo, el presidente de la Cámara de Productores de Leches del Oeste Bonaerense no dejó de lado que el tambo necesita de las escuelas rurales, hoy  están ocupadas por hijos de tamberos (es la primera pregunta que tienen estos prestadores de servicios para ir a trabajar a un tambo), por lo que es un estilo de vida.

Matías Peluffo también resaltó el trabajo de la mujer en el tambo, rescatando que la misma se incrementa más en el tambo y es quien más le aporta al bienestar animal, mucho más que hoy se cuenta con instalaciones que genera mayor inserción.

El oeste bonaerense
En otro párrafo del dialogo con El Regional Digital, el titular de Caprolecoba describió que, en la región oeste bonaerense, se encuentra la mitad de los tambos de la provincia de Buenos Aires, unos 800, de los cuales la mitad están vinculados con la Cámara.

Una característica de los tambos de la región es que, en proporción, son algo más grandes que la media nacional, que son de  150 vacas en ordeñes. Aquí es de 200 vacas, en promedio, con establecimientos que van de  20 a más de 1.000 animales en ordeñes. Esto ha generado que, además de instalarse productores de este tipo, también industrias lácteas se han radicado en la región.

Fuente: Ciriaco Torres Suhette / El Regional Digital. La foto que ilustra esta nota fue extraída del Facebook de Matías Peluffo.

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