El Colegio de Martilleros lamentó profundamente el fallecimiento del profesional. Una de las personas ligadas al rubro que más lo conocieron destacó la manera en la que desarrollaba su trabajo
Miguel Daghero fue uno de los más destacados rematadores de hacienda que tuvo la ciudad, al punto que su trabajo en el rubro lo llevó a estar al frente de subastas en otros puntos de la geografía cordobesa como Río Cuarto y Los Cisnes, por citar solamente algunos, pero también en otras provincias.
“Desde Entre Ríos reclamaban sus servicios varias consignatarias de hacienda”, apuntó Juan Carlos Scaglia en diálogo con un periodista de El Diario.
Daghero era uno de los pocos matriculados como rematador de hacienda en la delegación local del Colegio de Martilleros. Y la entidad que aglutina a los profesionales lamentó su pérdida, ocurrida el 24 de junio.
Acerca de sus inicios, Scaglia recordó que “tenía 28 años cuando comenzó a trabajar como empleado y después se proyectó de una manera muy importante, en base a que era realmente excelente en lo suyo y muy hábil”.
El rematador fallecido era muy reconocido por sus colegas y en más de una ocasión fue hombre de consulta para los nuevos profesionales dedicados a la materia. También era una de las figuras de renombre para la Cámara de Martilleros de Córdoba.
En lo que él hacía, “se destacaba por el conocimiento que tenía de lo que estaba subastando”, señaló Scaglia, para agregar que “se debe tener en cuenta que hablamos de la persona que va suministrando información de los valores de las cabezas que los posibles compradores tienen ante sí”, es decir que la fidelidad de los datos que se transmiten adquieren una importancia superlativa.
Y en los remates de hacienda la actualización del profesional se da a través de la experiencia en el ejercicio de la profesión y el conocimiento del mercado. La técnica y la intuición van de la mano, al servicio de la seguridad del vendedor y del comprador, en un equilibrio en el que muy pocos se mantienen durante tantísimo tiempo.
Hace pocos años la salud le jugó una mala pasada y lo alejó de la actividad, hasta que finalmente el mes pasado se apagó su vida.
Desde el Colegio de Martilleros se realzó su figura, al tiempo que se expresaron las condolencias a sus familiares y amigos.
Fuente: El Diario del Centro del país ( www.eldiariocba.com.ar )