Cuando posteó la noticia, Gustavo Pusseto un cabañero de Santa Fe –rápido de reflejos- le dijo: “Silvia, siempre nos amarga perder alguna de nuestras vacas, muchos no lo van entender…mi viejo cuando me pasaba eso, me decía: `Al cura no le pasa… y claro, nunca tuvo vacas, y con eso me calmaba´”.
En diálogo con TodoAgro, Silvia Mera se mostró muy impactada por la muerte de su vaca preferida de su tambo-cabaña. “Le hicimos todo tipo de tratamiento para lograr hijas de esta vaca considerada excelente que fue muy premiada en exposiciones”, recordando que en la última exposición de ejemplares Holando puros de pedigrí en la rural de Trenque Lauquen su cabaña logró los tres principales premios (ver fotos más abajo).
Un sistema sencillo, en un ecosistema muy hostil
Silvia posee un tambo con un sistema base pastoril que “cuando está todo bien produce un promedio de 25 litros por vaca, pero cuando nos afecta el agua (por exceso o defecto) caemos a 16 litros. Y en la actualidad estamos padeciendo las lluvias por aquí cayó una sola de lluvia de 150 milímetros, y ya llevamos más de 200 milímetros en pocos días porque siguió lloviendo después”.
Cabe destacar que la gran limitante en la zona es el recurso hídrico subterráneo en el noroeste de la provincia de Buenos Aires, que muestra una problemática variada en cuanto a disponibilidad y calidad del agua para sus distintos usos. Un trabajo de la Comisión de Investigaciones Científicas de la provincia de Buenos Aires, determinó que Berutti, pueblo agrícolo-ganadero del Partido de Trenque Lauquen, presenta escasez de agua apta para bebida humana, especialmente debido a su elevada salinidad. La composición química del agua varía entre bicarbonatada sódica a clorurada sulfatada sódica, subraya el reporte.
“Yo soy parte de la tercera generación de productores lecheros, trabajamos aquí en Berutti en un campo alquilado y tenemos 120 vacas, pero el gran problema es la salinidad del agua”, dice Silvia en la entrevista con TodoAgro. Desde las inundaciones de 1987 se formaron grandes lagunas en la zona, entre ellas la Hinojo Grande e Hinojo Chica, Las Tunas y Las Gaviotas; y la pesca se transformó en un imán para la región. “Aquí casi no hay ganadería, todo es agricultura, y el agua es un gran problema, por los excesos hídricos ya que llovió 150 todo junto y después otro poco más y se nos volvió a inundar todo y perdimos varias hectáreas de maíz destinado a silo y porque la sal en el agua es un veneno para nuestras vacas”, dice Silvia que integra una empresa familiar con su hermano (también llamado Julián) denominada Hijos de Julián Mera, que además de explotar el campo, posee maquinaria para la confección de rollos y laboreos varios.
Cabaña Don Julián, una historia de pasión y sacrificio
La cabaña de los Mera se apresta a cumplir sus bodas de oro: “En noviembre pasado se nos hizo un reconocimiento por pare de la Sociedad Rural de Trenque Lauquen por haber asistido de forma ininterrumpida durante 49 años a la exposición”. Fue en el marco de la entrega de premios de la jura a campo, un evento muy popular en Trenque Lauquen y zona donde se evalúan vacas a campo de tambos comerciales y se entregan premios en un evento armado a tal fin.
En el marco de la entrega de los premios de la Jura a Campo organizada por la Sociedad Rural de Trenque Lauquen y Arpecol se relató una conmovedora historia de la familia Mera.
Se contó en la oportunidad que en el año 1943, en el Establecimiento La Querencia, fundado por el abuelo de Silvia, don Julián Mera, un niño de tan solo 11 años también llamado Julián Mera (h), ordeñaba vacas a mano (ver foto más abajo). Ese era el padre de Silvia.
Tiempo después, junto al doctor Carlos Gutiérrez de Establecimiento La Tapera, trajeron por primera vez a Trenque Lauquen vacas Holando de genética La Martona.
En 1970, el papá de Silvia inicia la cabaña que obviamente se llama Don Julián en honor al abuelo de Silvia.
En 1987 se inunda gran parte del campo que estaba ubicado cerca de la ruta 33 y de la Laguna Cuero de Zorro, y así tuvieron que trasladar todas las vacas a la cabaña La Sorianita en Cañuelas. Allí estuvieron dos meses, y como no pudieron conseguir un campo, la situación se tornó insostenible por lo que decidieron vender todo su rodeo de pedigrí y se quedó con 10 animales.
La familia Mera retornó a la actividad en un campo en la zona de Estación Lértora, a unos 50 kilómetros al norte de Trenque Lauquen. Capitalizó algunas vacas y compró otras, siempre con ayuda de amigos y vecinos. Pero la cosa no terminó allí, ya que hubieron otras inundaciones, por ejemplo en 2001, y siguieron más tropiezos, desilusiones, y algunas alegrías que le permitían seguir, hasta que en 2009 se instalaron en la zona de Berutti, donde casi no hay tambos y allí en un ambiente hostil por la mala calidad de las aguas, Silvia sigue en la lucha, con el tambo como vértebra de su vida y la de su familia.
Casi como una paradoja, por estos días en las tierras que vieron nacer a los Mera, en la provincia de Soria (España), la discusión en torno a la lechería está muy caliente. Es que la Junta de Castilla y León aprobó la evaluación ambiental simplificada para la edificación de la macro explotación lechera que quieren hacer en Noviercas, un pueblo de 155 habitantes en la provincia de Soria, donde se proponen ordeñar 20.000 vacas. Dice que eso significaría la desaparición de 400 establecimientos lecheros de pequeño porte.
Una tradicional zona ganadera que ahora es un paraíso de la pesca
El tambo de los Mera está cerca de la laguna Hinojo Grande que es un espejo de agua de aproximadamente 9000 hectáreas. Tiene una profundidad media de 5 metros y está a 86 metros sobre el nivel del mar. Se encuentra ubicada en el partido de Trenque Lauquen en la provincia de Buenos Aires en Argentina.
Su principal atractivo es la pesca deportiva, en especial la pesca del pejerrey. Cuenta con 3 zonas de acampada, situadas en los kilómetros 421, 427 y 436 de la Ruta nacional 5. Se originó a causa de las grandes inundaciones del año 1987 y actualmente cuenta con un caudal normal, alimentándose del Río Quinto. Forma parte del sistema lacustre Las Tunas, donde también se encuentran las lagunas Las Tunas Grandes, de aproximadamente 27.000 hectáreas de extensión; Las Tunas Del Medio, con aproximadamente 4.000 hectáreas; Las Tunas Chicas, con aproximadamente 5.000 hectáreas; Las Gaviotas con aproximadamente 2.000 hectáreas; y El Hinojo Chico, con aproximadamente 1.000 hectáreas. Durante las inundaciones de los años 2002 y 2003, todas estas lagunas se unieron formando un solo espejo de agua.