Falleció Daniel José Montes. El Gordo Montes. Mi amigo, mi hermano mayor, un poco padre, un consejero brutalmente honesto. El maestro quesero más didáctico y creativo, y menos vanidoso que he conocido. Y eso que tenía con qué “agrandarse”…
Daniel Montes fue quien difundió en el país los fermentos de uso directo, el que instaló la primera fábrica de queso Camembert en Córdoba, en la década del 80. Fue el que laburó en varias multis y encontró su lugar en Casanto, una empresa láctea que tenía 18 pequeñas fábricas de campo y una gran usina en Pozo del Molle (que después compró SanCor y en la actualidad La Varense). Contaba el Gordo que recolectaban 180 mil litros diarios de más de 500 tambos, y Daniel era el responsable de calidad. Eso sí que era el arte de hacer quesos con leches tan disímiles.
Fue el Gordo quien me indicó que su gran desafío como quesero era trabajar para revertir aquel dicto de Pascual Mastellone, quien decía en las décadas del 70 y el 80, lo siguiente: “En lechería yo soy Estados Unidos, SanCor es la Unión Soviética, las grandes de Santa Fe son Europa, y Córdoba y la Cuenca Villa María son el Tercer Mundo”. Se refería a la calidad de los productos, y Daniel aceptaba que esa cruda descripción debía cambiar. Y aunque cuestionaba diversos manejos de La Serenísima, Daniel respetaba a Pascual Mastellone, a sus visiones, al punto que cuando falleció dijo: “se nos fue el gran árbitro de la lechería argentina”.
Y Daniel José Montes pudo cumplir y sobrecumplir ese “automandato”. Hoy en la Cuenca Villa María se hace hacen decenas de los mejores quesos del país. Y en la actualidad su fábrica, y muchas otras cordobesas son del Primer Mundo.
La riquísima historia de Daniel que parece haber vivido varios años más que sus 77 recién cumplidos (lo jodimos esta vez porque nos enteramos que cumplía 77 años, el 13 de diciembre, y le cantamos que los cumpla feliz, aunque su cara no acompañó la broma cafetinera), tuvo muchos triunfos y derrotas –para ser un buen quesero hay que haberse fundido por lo menos una vez, decía-, y la “libertad económica” de los 90, lo sacó de pista.
Los quesos franceses con mohos externos (Camembert, Brie y otros) llegaban irradiados desde Francia, pero la banderita azul, blanca y roja pesaba más en la mente del consumidor, aunque se tratara de un producto “técnicamente muerto”. Así fue que casi que con lo puesto, Brasil fue su destino, donde también dejó huellas, siempre produciendo quesos y dulce de leche, pero añorando volver. Y volvió.
Entrado el siglo XXI, y junto a Ricardo Rossa montaron lo que hoy se convirtió en la fábrica de quesos con mohos externos más grande y prestigiosa de Argentina: Quesos Especiales SRL, y la marca elegida tenía mucho que ver con Daniel: La Boheme…. la bohemia… “¿Por qué pusimos ese nombre?, porque me considero un bohemio”, apuntaba el Gordo mientras sorbía un “apenas cortado” en el bar donde paraba.
Voy al diccionario… Bohemio: Dicho de un modo de vida. Que se aparta de las normas y convenciones sociales, como el atribuido a los artistas. Alternativo, libre, desordenado, despreocupado… me queda claro, muy claro..
Tuve la dicha de conocer a esta enorme persona, tengo decenas de fotos y miles de imágenes y anécdotas, en las cientos de mesas compartidas, casi siempre rodeado de jóvenes. Lo escuchaba y me alegraba cuando hablaba de los avances de sus alumnos-queseros, Gerardo, Diego, Juan, Sergio, entre otros, que cosechaban premios tras premios, siempre con productos monitoreados por el Gordo. Era un tipo que sentía orgullo de su siembra, pero eligió siempre el bajo perfil. (ver nota Daniel Montes: El hombre detrás de los quesos premiados https://www.todoagro.com.ar/daniel-montes-el-hombre-detras-de-los-quesos-premiados/ )
El cuerpo de Daniel José Montes dijo basta a las 16.25 del domingo 19 de enero de 2025. Él sabía qué significaba no meterle bisturí a esa dureza que encontró 4 años atrás, cuando palpaba su pecho izquierdo. Así lo decidió. Así cumplimentó su decisión. Todo mi respeto por ello. No hay reproches.
Pero créanme que la historia continuará. Porque estar vivo es algo muy diferente a la depreciación de la materia. Estoy seguro que algunos de los sueños del Gordo como hacer una fábrica con paredes de cristal, armar una Escuela de Afinadores de Quesos o simplemente hacer las cosas con la máxima calidad posible, serán parte del legado del Gordo Montes, esparcidos en miles de pibes que ven a la lechería como una oportunidad para sus vidas.
Cuando terminaba el velorio en Villa María, el doctor Carlos Gagliano -uno de sus mejores amigos- y Vanesa quien lo acompañó en los últimos tramos de su vida, nos invitaron a rodear el cajón y cumplir el último deseo del Gordo. Que escucháramos una canción que lo representaba cabalmente….
Estoy mirando atrás
Y puedo ver mi vida entera
Y sé que estoy en paz
Pues la viví a mi manera
Crecí sin derrochar
Logré abrazar al mundo todo
Y más, mil sueños más
Viví a mi modo
Dolor, lo conocí
Y recibí compensaciones
Seguí sin vacilar
Logré vencer las decepciones
Mi plan jamás falló
Y me mostró mil y un recodos
Y más, mil sueños más
Viví a mi modo
Ese fui yo que arremetí
Hasta el azar quise perseguir
Si me oculté, si me arriesgué
Lo que perdí no lo lloré
Porque viví, siempre viví
A mi manera
Amé, también sufrí
Y compartí camino largos
Perdí y rescaté
Mas no guardé tiempos amargos
Jamás me arrepentí
Si amando dí todos mis sueños
Lloré y si reí
Fue a mi manera
Que pueden decir o criticar
Si yo a aprendí a renunciar
Si hay que morir y hay que pasar
Nada dejé sin entregar
Porque viví, siempre viví
A mi manera
Dice Wikipedia que “My Way” (A mi manera) es una canción popular adaptada al inglés por Paul Anka, en 1969. La original es una canción francesa de 1967 titulada “Comme d’habitude”, escrita por Claude François y Jacques Revaux, aunque la letra en inglés fue reescrita, casi totalmente, por Paul Anka. Hasta en su viaje final, el Gordo le puso un toque francés a su ética y estética.
Hasta en su muerte fue un distinto. Todavía no lo creo. Duele, me duele. “No sé si putearte o agradecerte”, me dijo cuando leyó la nota que escribí sobre él hace 5 años atrás ( Daniel Montes: El hombre detrás de los quesos premiados… click en https://www.todoagro.com.ar/daniel-montes-el-hombre-detras-de-los-quesos-premiados/ ).
Tras la noticia de su fallecimiento, mi amigo Gustavo Cherubini encontró unas palabras más que justas para ayudar a transitar el momento: “Hola José, hoy es un día muy especial. Cuando estaba sentado en el patio se me ocurrió pensar que, muy probablemente, Daniel ya esté con Carlitos Berra, seguramente hablando de quesos o tratando de solucionar el sector… lo digo solo para sacar o dibujar una sonrisa. Fuerza amigo”. Quizás Gustavo no sepa que soy agnóstico, pero hoy elijo creer.
Y recordé una foto que les tomé en TodoLáctea en 2022 en el Hotel Amerian de Villa María. Y recordé que Carlos Berra -al igual que Daniel- también falleció el tercer domingo del mes de enero, en su caso de 2024.
Las vivencias me surge de a borbotones, no me es fácil cerrar este escrito. Tiro una moraleja y una foto que me ayudan: Cómo no pensar que la lechería argentina tiene destino de grandeza si tiene una tremenda energía, miles de jóvenes comprometidos y legados de valiosas personas como Daniel José Montes y Carlos Berra. Estoy seguro que es por ahí
Por José iachetta – Redacción TodoLecheria.com.ar
Mi última foto junto a Daniel Montes y Diego Acosta, uno de sus alumnos dilectos, hoy maestro quesero en Fruit de Lait