Los precios de los quesos en fábrica han subido desde la segunda quincena de marzo y en el transcurso de la primera quincena de abril, entre un 5% y un 8%. De todos modos, no hay fluidez en las ventas y las necesidades de caja de las pymes dominan el escenario.
Un relevamiento realizado por TodoLecheria.com.ar permitió determinar que los precios de quesos en fábrica se incrementaron entre un 5% y un 8%. Si bien el aumento fue generalizado desde fines de marzo y en la primera quincena de abril, la suba fue distinta en función del poder de marca de cada empresa y de la necesidad de hacerse efectivo para seguir adelante.
Las estadísticas que maneja la asociación Pymes Lácteas Cordobesas (PyLaCor) detalla que en ese período el queso cremoso aumentó un 6,47% trepando a $5.058 final el kilogramo puesto en fábrica, la barra un 6,59%, con lo que promedió $6.938 el kilo y el sardo fresco un 6,72% promediando $7.537 entre casi una decena de fábricas enclavadas en el centro de la provincia de Córdoba.
En esta dirección los remates de bandejas –en especial de cremoso- siguen a la orden del día y son un síntoma del momento que atraviesan las pymes mercadointernista, limitadas por una demanda que sigue débil a pesar que ha exhibido un crecimiento internanual en las ventas, aunque esa suba se haya logrado comparándola con el peor período de la era Milei, de inicios de 2024.
Según datos oficiales, el volumen producido de leche creció 10,9% en el primer trimestre de 2025; en tanto, en la colocación de productos en la plaza local hubo mejoras del 45% en leche en polvo, 13,3% en leche fluida y 11,5% en quesos, aunque hay preocupación en el sector por la pérdida de competitividad.
En lo que hace a la góndola se notó una dispersión de precios con subas de las marcas con mayor penetración de mercado y con leves aumentos de los valores de las pymes (ver saga de fotos más abajo)
Un reporte de la periodista Pilar Vázquez publicado en el diario La Nación destaca si bien “las ventas de lácteos despegaron en el mercado interno y la producción tuvo un importante salto”, el mayor problema se encuentra en el frente externo. “El consumo interno, que el año pasado cayó un 15%, recuperó unos siete u ocho puntos gracias a la mejora del salario real. Pero el problema fuerte son las exportaciones”, señaló Jorge Giraudo, coordinador técnico del Observatorio de la Cadena Láctea. A pesar de que los precios internacionales están en niveles históricamente altos —US$4200 la tonelada para la leche en polvo y 4800 dólares para la mozzarella—, el retraso cambiario afecta seriamente la competitividad.