Originariamente, el queso de cabra era el queso que se elabora exclusivamente con leche de cabra. Todavía existen países en los cuales la elaboración de este queso se realiza con este tipo de leche.
Sin embargo, dado el sabor fuerte de este tipo de queso, en muchas ocasiones cuando se habla del queso de cabra, se refiere a un queso realizado a partir de mezclas de leche de cabra con leche de vaca.
Características del queso de cabra
El queso de cabra suele tener un sabor más ácido que el resto de quesos, fruto de su mayor contenido en ácidos grasos caproico, cáprico y caprílico.
Pueden ser tiernos, curados o semicurados. Las formas de los quesos son muy variadas, (redondos, cuadrados, cilíndricos, etc)
Suelen ser mas cremosos y más blandos que los quesos de vaca. La combinación de leche de vaca y leche de cabra convierte a estos quesos en quesos mantecosos y suaves. La leche de vaca les proporciona la suavidad, mientras que la leche de cabra les otorga su mayor contenido en grasa que los hace más cremosos.
Su sabor es fuerte, al igual que su olor, dado que desprenden un aroma típico de cabra.
Propiedades alimentarias del queso de cabra
El queso de cabra presenta las propiedades generales de la leche, algunas de las cuales han sido acentuadas por su proceso de elaboración.
Al contener menos agua que la leche es más rico rico en materia grasa (Sobre un 35%).
Resulta adecuado como alimento que aporta una gran energía, aunque este aspecto debe ser también tenido en cuenta por las personas obesas o aquellas que están realizando dietas de adelgazamiento. En estos casos deben moderar el consumo de este alimento.
Hay que tener en cuenta que, como en el resto de los quesos, la mayoría de las grasas son saturadas y contienen colesterol, lo cual debería ser tenido en cuenta por las personas que presentan problemas de colesterol.
Francia, Grecia, España e Italia son grandes productores de este tipo de queso.
