La preocupación por el medio ambiente y el calentamiento global ha ido calando en los últimos años en todos los niveles de la sociedad, trasladándose también a la agenda pública y normativa, de manera que tanto la nueva PAC como las legislaciones nacionales de los distintos países ponen cada vez más el foco en la sostenibilidad.
Las empresas lácteas no son ajenas a esta nueva demanda de los consumidores. La multinacional suiza Nestlé, con presencia en Galicia gracias a su factoría de Pontecesures, en la que elabora su leche condensada La Lechera, que se exporta a toda Europa, Oriente Medio, Asia y norte de África, está llevando a cabo desde hace 3 años un programa a nivel de sus granjas proveedoras para tratar de reducir la huella de carbono de la materia prima que transforma.
El 70% de las emisiones globales de la compañía proceden de los suministros agrícolas y ganaderos y el 30% restante de los procesos industriales en sus fábricas y el transporte
Eduardo Fernández Estrada es el veterinario que está dirigiendo estas acciones, en las que participan ya 70 de las 200 ganaderías que suministran leche a las plantas de Nestlé en Galicia, Asturias y Cantabria.
Destaca la implicación en el proyecto de los ganaderos, que ven recompensados sus esfuerzos con una prima en el precio que cobran por la leche y con el apoyo económico que la empresa les aporta para la modernización de las instalaciones en las granjas.
– A modo de introducción, ¿a cuántas ganaderías recoge la leche Nestlé en Galicia en estos momentos y cuál es el volumen de leche procesado en la planta de Pontecesures? ¿Y en el conjunto de España?
– En Galicia estamos recogiendo leche entorno a unas 100 ganaderías. El volumen de leche que procesa Pontecesures es alrededor de 100 millones de litros.
En el conjunto de España hablamos de unas 200 granjas y procesamos en 2023 alrededor de 210 millones de litros de leche fresca.
– Nestlé está desarrollando con sus granjas proveedoras programas de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero y de fomento de la biodiversidad. ¿En qué consisten?
– Nestlé está desarrollando 3 proyectos diferentes que a su vez convergen en el mismo objetivo, que es reducir nuestra huella de carbono y producir de manera más sostenible.
El primer proyecto, de Fomento de la Biodiversidad empezó en 2020. Contactamos con SEO-Birdlife para medir y diagnosticar el nivel de biodiversidad que había en las parcelas e instalaciones de un grupo de granjas piloto repartidas en nuestros 3 distritos lecheros: Galicia, Asturias y Cantabria. Utilizamos las aves agrícolas como indicadores de la calidad del ecosistema.
Después generalizamos el proyecto y cartografiamos todas las parcelas de las granjas que colaboran con Nestlé, identificando en todas ellas las zonas de alto valor biológico, donde se dan estas condiciones favorables a insectos, anfibios, pequeños mamíferos. Como tercer paso, propusimos a las explotaciones medidas a implementar para mantener o mejorar la biodiversidad en ellas y aumentar esa superficie de alto valor biológico.
En 2019 comenzamos a medir la huella de CO2 de un número representativo de explotaciones y nuestro objetivo es lograr una reducción de un 20% en 2025 y un 50% para 2030
El segundo proyecto, llamado Net Zero, es el más importante en cuanto a objetivos y a recursos utilizados por Nestlé. También en dificultad técnica. En 2019 comenzamos a medir la huella de CO2 de un número representativo de explotaciones para conocer nuestro factor de emisiones y establecer nuestro punto de partida y a partir de ahí construir una hoja de ruta para cumplir los compromisos de reducción de emisiones que marca la compañía (un 20% para 2025 y un 50% para 2030, siendo el objetivo final ser neutrales en carbono en 2050).
En 2021 elaboramos con la ayuda técnica de Fundación Global Nature un catálogo de medidas para reducir las emisiones de efecto invernadero de las explotaciones. Ese mismo año ya empezamos a implementarlas y desde entonces todos los años tenemos que evaluar las explotaciones para conocer su huella de carbono y comprobar que vamos reduciendo ese factor de emisiones. Estas evaluaciones las realizan los técnicos de campo de Nestlé y también una empresa independiente para asegurar la validez de los resultados.
Por último, hay un tercer programa de Agricultura Regenerativa con el que Nestlé intenta fomentar prácticas agrarias y de manejo de la explotación que mejoran la salud del suelo, protegen los cursos de agua, reducen la dependencia de insumos químicos y aprovechan la tecnología para el manejo más eficiente de animales y de cultivos.
– ¿Cuántas ganaderías participan en estas iniciativas? ¿Está prevista su generalización en el conjunto de las ganaderías proveedoras?
– Entre los 3 proyectos, actualmente están participando 90 ganaderías. Hay unas 70 de ellas que participan simultáneamente en los 2 proyectos más importantes, el de reducción de emisiones y el de agricultura regenerativa. Estas 70 granjas representan al menos el 60% del volumen total de nuestra recogida.
En nuestros programas de reducción de emisiones y agricultura regenerativa participan 70 granjas, que representan el 60% del volumen total de nuestra recogida de leche
Nuestra idea desde el principio fue no centrarnos demasiado tiempo en las granjas piloto, sino implantar todos los proyectos en el mayor número de granjas posibles. En 2021, el año que empezamos con el proyecto Net Zero ya logramos realizar más de 30 actuaciones en 26 granjas.
– ¿La puesta en marcha de estas buenas prácticas por parte de las ganaderías se ve recompensado con algún tipo de incentivo o prima en el precio de la leche? ¿Cuál es su importe?
– Las ganaderías reciben los incentivos económicos por parte de Nestlé por 2 vías:
En las inversiones necesarias en la granja para reducir las emisiones de efecto invernadero Nestlé invierte la misma cantidad que el ganadero. Digamos que vamos a medias, pero es verdad que la mayoría de esas inversiones son beneficiosas para las granjas.
En las inversiones necesarias en la granja para reducir las emisiones de efecto invernadero Nestlé invierte la misma cantidad que el ganadero
Por otra parte, en septiembre de 2023 Nestlé implementa un incentivo en precio de leche que llamamos bonus de sostenibilidad. Para percibirlo, la ganadería tiene que alcanzar una puntuación determinada en nuestras auditorías que implica la implementación de prácticas correspondientes a 4 bloques: Reducción de gases de efecto invernadero, Agricultura Regenerativa, Biodiversidad y Medio Ambiente, Bienestar Animal. El importe varía según el nivel alcanzado por la ganadería y alcanza un valor significativo.
– ¿Suponen este tipo de prácticas un incremento de los costes de producción o, por el contrario, son una oportunidad para mejorar la eficiencia y la rentabilidad de las explotaciones?
– Por nuestra experiencia la mayoría de las inversiones favorecen la productividad de las granjas y por tanto la rentabilidad de estas. Pero es innegable que reducir las emisiones cuesta dinero. En el caso del programa de Nestlé, las granjas salen beneficiadas económicamente, y es justo que así sea.
Es innegable que reducir las emisiones cuesta dinero, pero la mayoría de las inversiones favorecen la productividad de las granjas y por tanto su rentabilidad
Además, independientemente del aspecto económico, me gustaría resaltar que tenemos la suerte de trabajar con ganaderos muy profesionales, que llevan colaborando con Nestlé muchos años, y que están participando en los programas por iniciativa propia, porque para ellos también es importante que su actividad sea lo más respetuosa posible con el medio ambiente y ser parte de la solución al cambio climático.
– ¿Cuáles son los principales factores que inciden en la huella de carbono de una ganadería de leche?
– Los factores más impactantes son 3:
Las emisiones entéricas, debido a la digestión ruminal, representan entre un 30-40% del total.
La producción del alimento (tanto por el impacto del alimento comprado, especialmente la soja, como por el impacto del alimento producido por el ganadero (prácticas de laboreo, insumos químicos…). Este impacto también representa entre un 30-40% del total.
Las emisiones provenientes del manejo y almacenamiento del purín y estiércol (10-20% del total).
Como ves estos porcentajes se mueven en una horquilla que varía dependiendo sobre todo de la alimentación de los animales y en el último caso del manejo del purín. Hay otros factores que representan un porcentaje muy pequeño de la huella de una granja, como puede ser el consumo energético, o el transporte de insumos a la granja.
– Y en concreto, ¿qué acciones puede implementar una granja láctea para reducir sus emisiones?
– Las granjas pueden actuar de muchas maneras: en la producción de alimentos, reduciendo fertilizantes y con acciones de laboreo reducido; en las emisiones entéricas, reduciéndolas con aditivos alimenticios o aumentando la digestibilidad de los alimentos; reduciendo la tasa de recría, cubriendo las fosas de purín, produciendo biogás con el mismo, etc.
Lo importante es adaptar las medidas a cada granja y que el ganadero se encuentre cómodas con ellas
Hay diferentes prácticas, unas de mayor impacto y otras de menor, pero ninguna es desechable si queremos acercarnos a las cero emisiones netas. Lo importante es adaptar las medidas a cada granja y que el ganadero se encuentre cómodo con ellas.
Otra opción es el secuestro de CO2 en las parcelas agrarias con prácticas de agricultura regenerativa. En Nestlé apostamos por el secuestro en el suelo.
– ¿Dónde ponéis vosotros el foco: en la alimentación del ganado, en la gestión de estiércoles, en los cultivos y manejo del suelo…?
– Donde más está apostando Nestlé es en varios aspectos especialmente:
En el bienestar y, por tanto, en el aumento de la productividad de los animales. Hay que recordar que las emisiones se miden en Kg de CO2equivalente/ kg de leche producida, por lo tanto, cuanto más eficaz seas por unidad de producción, más se reduce tu huella. Esto es válido también para los cultivos. Estamos colocando muchos sistemas de ventilación y humidificación de los establos para mejorar el bienestar animal y evitar la caída de producción en verano debido al estrés por calor de las vacas. Aumentando la salud y la longevidad también estamos reduciendo la huella de carbono, debido a que reducimos la recría necesaria, que son animales que están produciendo metano sin producir leche.
En el almacenamiento del purín, fomentando la cobertura de fosas y la instalación de separadores de purín, que son inversiones para las que colaboramos con los ganaderos en su financiación.
En la reducción de metano por la fermentación entérica con un aditivo alimenticio que reduce en más del 30% estas emisiones y que se incorpora a las raciones de alimentación del ganado a través de los concentrados.
También hemos instalado placas solares en más de 30 granjas.
Finalmente, con muchas de las prácticas del programa de Agricultura Regenerativa, también obtenemos reducciones y secuestro de CO2, como la introducción de leguminosas en los cultivos.
– En el futuro, una granja láctea, además de producir leche, ¿deberá ‘cultivar’ también carbono en sus tierras?
– Sin duda. Hay granjas que ya lo están haciendo sin saberlo, pues están realizando buenas prácticas para ello. Puede ser un incentivo económico en el futuro para las granjas. Es evidente que sólo reduciendo no alcanzaremos los objetivos. Como comentaba anteriormente, también hay que secuestrar. El quid de la cuestión en el secuestro es saber y poder medirlo.
Fuente: Portal Campo Galego ( https://www.campogalego.es/ )