Testa eligió ese lugar para pasar sus últimos años junto a familiares y nietos, en una “vuelta al pago” luego de acogerse a un retiro voluntario.
Fundador de la empresa genética Reproductores SRL, a través de la cual realizó un extraordinario aporte al desarrollo genético tanto del Holando Argentino, como al Holando de Uruguay. Raza a la que Pedro amó profundamente y con una devoción inmensurable. Porque si bien Reproductores SRL trabajó con otras razas bovinas, tanto lecheras como carniceras, su corazón era, sin dudas, blanco y negro.
Cuando “cruzó el charco”, con su empresa ya instalada y reconocida en Uruguay (fundada en 1973), y comenzó a trabajar en los tambos argentinos en 1976, a través de una gran tarea, un gran compromiso cambió el pensamiento de los tamberos nacionales, lo que significó hacer una revolución enfrentando todo un sistema arraigado en los criadores argentinos. Lentamente comenzó a andar los caminos, mostrando, como hizo toda su vida, los papeles, gráficos y catálogos, que siempre lo acompañaron, como si necesitara de ellos para demostrar sus ideas, esas de las cuales jamás dudó.
Un grupo de criadores de avanzada, integrado por productores del Grupo CREA de Brandsen, lo escucharon y pusieron en práctica los cambios genéticos que Pedro pregonaba. El éxito no tardo en llegar, pero el no se vanaglorió y siguió, con paso cansino pero seguro, pregonando las virtudes de la tecnología y la “genética americana” en cada tambo que encontraba.
Gracias a Pedro Testa los criadores argentinos conocieron, y usaron, grandes padres de la raza. Sus contactos personales con las empresas que representó: Carnation Genetics, Select Sires Inc, Tri-State Breeders y Sire Power le permitieron tener las puertas abiertas de la genética americana y estar al tanto de lo “nuevo” que iba a salir al mercado. Algo que supo ganarse gracias a su forma de ser y a su forma de trabajo, eso que le permitió tener el respeto de grandes personas de la genética americana como Duncan McKenzie, Peter Blodge, Ron Long y Dick Chichester
Es que si hubo algo que a Pedro no le faltó, fueron amigos. Pues no sólo su gran sabiduría lo destacaba, sino especialmente su don de gente, sus ganas de enseñar, su sonrisa franca, su andar, “bien a la uruguaya”, lento y seguro, su pasión por el tango, por las buenas y bien regadas mesas, sus relatos de su vida en el campo, del Buenos Aires de antaño y muy especialmente, en las exposiciones, sentarse en el cajón de cualquier participante para hablar de vacas (¿De qué otra cosa?).
Parte de todo que Pedro brindó a la raza, le fue reconocido en la edición 2013 de la World Dairy Expo, la máxima muestra de las razas lecheras del mundo, cuando fue reconocido como la persona “Internacional del Año”.
Sin lugar a dudas el gran año, para Don Pedro, fue en 2018 cuando él, que había hecho tantas grandes vacas para otros criadores, fue reconocido como Criador y Expositor de una extraordinaria hija de Mogul que fue Gran Campeón Hembra en tres exposiciones, Nominada al Campeonato Argentino, Campeón Argentina y Vaca del Año.
Nadie duda del gran aporte que hizo el señor Pedro Testa al progreso de la raza. Sin duda fue una de los grandes pro-hombres que se brindaron para beneficio de la actividad.
Por Jorge Mourglia – Periodista
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