Fanática del sistema pastoril y los bajos costos

Elena Mandrille de Lovera conduce El Tinglado, un tambo familiar de 72 vacas, ubicado sobre la ruta 34, a la altura de la localidad de Susana. En cada visita que recibe exhibe una firme convicción del sistema base pastoril que ha instrumentado.

En un video grabado en ocasión de la visita del senador nacional Dionisio Scarpín, dirigente de la Unión Cívica radical e intendente de Avellaneda entre 2011 y 2021, la tambera santafesina contó sus vivencias. “Soy Elena Mandrille de Lovera. Estamos en un tambo de mi propiedad que me dejó mi mamá y lo había abierto su papá. Me propuse mantenerlo, y estoy tratando de hacerlo producir lo mejor que puedo. Es a base pastoril y en este momento tenemos 72 vacas en ordeñe, estamos en 1.500 litros aproximadamente. Tenemos un sistema ase alfalfa, que es lo que nos permitió pasar la gran sequía que estamos sufriendo”.

A Elena le da una gran mano su hija. “Mi hija María Emilia me ayuda con la parte contable, AFIP, permisos, inscripciones, censo agropecuario”.

La productora de Susana es consciente que la escala de producción es una tendencia clara. “Tambos chicos como el mío se fueron cerrando los últimos diez años. Lo que surgen son los megatambos muy intensivos, todos con inseminación artificial, picado y balanceado. Todo eso es muy caro, entonces si la vaca es más libre, el tambo es más chico y noto que tengo menos gastos así. Vamos tratando de subsistir y creo que me sale bien”.

Un trabajo del ahora ingeniero Gabriel Zurbrigenn, cuando hizo su tesis de grado dio cuenta de las fortalezas del sistema del Tambo El Tinglado, ubicado en el departamento Castellanos, en el centro de la provincia de Santa Fe, Argentina.

En aquel momento Elena tenía más vacas en el sistema y así lo indicada el trabajo de Zurbrigen.

El establecimiento “El Tinglado” cuenta con una superficie de 127 hectáreas propias y un rodeo de 170 vacas totales (VT), teniendo una carga de 1,4 Vacas totales/hectárea.

El sistema posee una dieta compuesta en un 70% por pastura, verdeos y heno, y el 30% restante consiste en suplementación con alimento balanceado que se adquiere fuera del sistema. Con estas características y según el marco teórico descripto el sistema es de base pastoril.

Sin embargo, el indicador más interesante de destacar es el mejor margen económico logrado por El Tinglado, lo que pone en duda la mejora de la sustentabilidad económico productiva con la intensificación de la producción en las escalas intermedias a bajas que tienen los casos de este estudio, coincidiendo con lo planteado por Baudracco et al. (2015), quienes señalaron mayor eficiencia en la estructura de costos de los sistemas pastoriles.

De todas formas, sería esperable que el resultado económico mejore frente a un aumento de carga en el sistema pastoril intensificado ya que, como fue discutido previamente, aumentaría la productividad por unidad de superficie y consecuentemente lograría disminuir los costos por unidad de producto, generándose un efecto económico de escala tal como fue sugerido por Engler et al. (2014).

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