Frenar las emisiones de metano desde el microbioma en ganado vacuno

En la Universidad de California, un grupo de investigadores comenzó un estudio experimental que podría cambiar el impacto medioambiental generado por el ganado bovino.

Los científicos implicados se disponen a modificar “la ingeniería genética” del microbioma en estos rumiantes, y su sujeto estelar en la prueba es un ternero macho de la raza Holstein, llamado Sushi.

El ensayo experimental, que se desarrolla en colaboración con The Innovative Genomics Institute, plantea modificar la manera en que funciona el rumen por medio de la genética, de forma que, al alterar los diferentes microbios en el proceso digestivo de estos animales, se puedan reducir las emisiones de metano generadas a través de sus eructos.

La comunidad nutricional es consciente de que las vacas producen metano debido a la digestión en su rumen, una cámara en el estómago donde los microorganismos descomponen la fibra de los alimentos vegetales. Y que, durante este proceso de fermentación, se genera metano como subproducto, el que pasa a ser liberado por medio de eructos. Este gas es un potente contribuyente al efecto invernadero y representa una fuente significativa de emisiones a nivel global.

Para aminorar este impacto, han nacido diferentes productos, sobre todo basados en fitogénicos; así como el hecho de añadir ciertos ingredientes a las dietas, tales como el orégano o las algas. Pero nunca se había valorado atacar este problema literalmente desde la raíz.

Por lo tanto, este nuevo proyecto estadounidense expone un enfoque innovador, que podría cambiar totalmente las reglas del juego.

 “Durante las últimas cuatro semanas de su vida, Sushi ha sido alimentado con unos pocos gramos de aceite destilado de algas rojas, uno de los métodos más probados para reducir la producción de metano en los estómagos de las vacas”, en línea a la investigación donde participaron algunos implicados del proyecto (Matthias Hess y Spencer Diamond, de la UCDavis).

“Ahora, los científicos intentan comprender exactamente cómo este aceite ha transformado el intestino de Sushi. Luego planean replicar esos cambios mediante la edición de genes”, establece Shannon Osaka para The Washington Post.

Fuente: Nutrinews

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