Con el dato de inflación de agosto que se conoció este miércoles y que alcanzó el 12,4%, pero con un capítulo de alimentos por encima del 15%, los tamberos terminaron de encender todas las alarmas: la leche que entregan a diario, y que les pagan a los 40 días, apenas tuvo un ajuste del 4% mensual mientras los costos corren y la falta de forraje en los campos se acentúa por la continuidad de la sequía. La ecuación los ubica al borde del precipicio.
Gustavo Augel (foto de portada) tiene su tambo en Lobos, provincia de Buenos Aires, y es el responsable de lechería de Carbap. En diálogo con Tranquera Abierta, el productor aseguró que “los tambos hoy estamos ordeñando a pérdida y con un precio irrisorio de 111 pesos por litro. Diría que está 25 o 30 pesos abajo de lo que es el punto de equilibrio. Estamos trabajando muy por debajo de los costos de producción”.
Y continuó: “Si a eso le sumamos la extensa sequía que venimos soportando hace tres años, el panorama es aún más complejo. Porque además la sequía sigue. La gran mayoría de los tambos de Argentina vienen saliendo de un último ciclo primavera-verano muy malo, sin pasto, donde no se pudo sembrar verdeos y con silos que rindieron al 50%. Ahora llegamos a esta primavera con la mayoría de los tambos sin silos, sin pasto, sin rollo y sin posibilidad de comprar subproductos derivados de la soja, como expeller o harina de soja, por ejemplo. Porque además hay que tener en cuenta el Dólar Soja 4, el Dólar Maíz que muchos parecen olvidar pero que todavía está y sube mucho el costo de nuestra alimentación”.
¿Ven posibilidad de cambio?
Hoy los tambos con esos $111 no viven y es una situación muy difícil. Y lo peor es que no hay un horizonte a tres o cuatro meses, porque encima tenemos las elecciones y la incertidumbre. Y no estoy llorando, como se suele decir. Es la realidad. Y muchos no se van de la actividad porque sufren el mal del tambero, pensar que tal vez el mes que viene algo cambie, y va pasando el tiempo y en muchos casos para peor.
En muchos casos, además, es una actividad que pasa de generación en generación…
Ese es otro tema de la lechería, que es una actividad de familia y nuestros viejos se van yendo de la actividad por cansancio o lo que fuere, y quedamos nosotros que desde hace años por ahí les decíamos que dejaran de renegar ya con el tambo. Hoy estamos al frente de esto. Y así pasa en un montón de tambos que hoy no ven futuro; la lechería así como está hoy no tiene futuro.
Una lechería que crezca y pueda exportar mucho más, en estas condiciones es imposible…
Es que hace más de dos décadas que la Argentina produce el mismo volumen de leche, pero sumamos casi 10 millones de habitantes en el país y con 25 mil tambos menos. En el 2000 había 35 mil tambos y hoy quedan 10 mil. ¿Cómo vamos a pretender cambiar con las mismas recetas? Si todo sigue como está, en 10 años van a quedar 4 o 5 mil tambos, la mayoría grandes, y con los mismos litros de leche de producción.
¿Cómo se sale de esa lógica?
Para revertir eso hace falta un mercado institucionalizado, con reglas claras, como la tienen los granos o la carne. Cuando uno va al mercado de Cañuelas uno sabe cuánto sale el ternero o la vaca conserva, y en base a eso se resuelve si vende o no. Pero en el tambo, nosotros entregamos todos los días de nuestras vidas la leche y nos la pagan en 40 días sin saber cuál va a ser el precio.
¿Hoy lo primero que necesitarían es que llueva?
Sin dudas. Más allá de todo lo que nos pasa, que es mucho, lo primero que necesitamos los productores, incluso más allá de la lechería, es que llueva. Eso permitiría recomponer los perfiles de humedad y con eso cambiaría todo. En nuestra zona la media era de 1.000 milímetros y desde hace 7 años que no podemos alcanzarla. Pero el año pasado fue catastrófico porque llovieron apenas 500. Y por eso la gran falta de pasto, de silo, de rollo y por eso estamos así. Además, estamos saliendo a comprar cosas que no hay. Les pregunto a mis tres proveedores de rollos si tienen para venderme y me dicen que no. Es complicado porque les tenemos que dar de comer todos los días a las vacas.
¿Hoy les faltan 25 o 30 pesos de precio por litro?
Y eso sería para empardar los gastos. Hoy producir un litro de leche no sale menos de 125 o 130 pesos. Si sumamos los 30 kilos de silo, más los 3 kilos de balanceado, más el kilo de harina de soja, estamos perdiendo mucha plata. Desde ahí que digo que el 111 no sirve.
¿Con lluvia esos costos caen significativamente?
Sí, sí. Para nosotros los tamberos la manera más fácil de conseguir proteína es mediante el pasto. Mientras tenemos verde, la vaca cosecha proteína todos los días. Ahora, al tener esta extensa sequía, esa proteína hay que reemplazarla tranqueras afuera, con harina de soja, expeller, que con el dólar soja, desde hace un año, dio un salto y se desmadró todo porque no llovió más y vinieron todos los dólares soja. Sin margen, algunos tambos decidieron no comprar más tranquera afuera pero las producciones de leche se caen al piso. Con una dieta equilibrada se puede apuntar a una vaca de 23, 24 o 25 litros, pero sin eso el volumen se reduce mucho. Si hubiera pasto en el campo el tambero se defiende de otra manera, aún sin lograr esos 25 litros diarios. Pero al menos se podría mantener la vaca.
Se juntó todo…
Fue una tormenta perfecta porque entre las medidas del Gobierno. la falta de lluvias y los malos precios, los tamberos quedaron en una situación muy desesperante.
¿Hay más para corregir en el capítulo de políticas además de los tipos de cambio diferencial que afectaron al sector?
Mucho, de este Gobierno mucho. Creo que tiene algo contra el campo, no lo deja producir, le pone el pie encima. Los tipos de cambio diferencial mataron a todos los que producen animales. Y es necesario que se bajen impuestos de manera urgente, entre ellos darle una solución a las retenciones. Eso haría mucho más productivo al sector.
Le lechería sigue teniendo retenciones, ¿debería ser incluida como economía regional?
En estos días volvió un rumor de que podría ser declarada de esa manera y la verdad que tiene todas las características para hacerlo. Los tambos están concentrados en una zona bien delimitada de las provincias del centro del país. Es una economía regional por donde se la mire. Pero al mismo tiempo es la cuarta actividad que más divisas genera, aunque lejos de los primeros. Pero suma unos US$ 1.400 millones al año, y por ahí viene el dilema.
¿Qué permitiría esa quita?
Lo primero, liberar a la industria de ese 9% de retenciones que podría terminar beneficiando a los productores con un mejor precio. Sería una buena medida, pero la verdad que no le tengo fe.
En los discursos de campaña se promete eliminar retenciones a los granos, ¿qué pasaría con los tambos si eso ocurre?
Debe ir necesariamente en un marco de equilibrio. Si se lo hace de manera aislada nosotros inmediatamente vamos a ir a pagar esos insumos de alimentos muchísimo más caro. Pero al mismo tiempo se van a sincerar un montón de variables, que podría permitir que el precio de la leche levante. Pero tendría que ser algo muy bien pensado y ejecutado, sino sería un tiro en los pies.
Por Gonzalo Dal Bianco – Publicado en el portal del diario Puntal Río Cuarto ( www.puntal.com.ar )