En el sector agropecuario muchas veces se pone el foco en los aspectos productivos, comerciales o financieros sin considerar que todos los planes dependen de una óptima ejecución instrumentada por equipos de trabajo con vínculos saludables y objetivos compartidos.
“Ocho de cada diez empresas de la Argentina tiene problemas con la rotación de personal. Reemplazar a un trabajador puede representar un costo de hasta cuatro veces el salario anual por el esfuerzo requerido para capacitarlo en la tarea por realizar o bien en la cultura de la organización”, indicaron Pablo Biassoni y Diego Monti, psicólogos clínicos y directores de la consultora empresarial “Clínica para Empresas”, durante una charla ofrecida en una jornada técnica empresaria realizada por la región CREA Centro.
“Podemos tener la mejor estrategia, pero sin gente comprometida nada funciona. El compromiso empieza por nosotros”, añadieron en el marco del evento realizado en la Sociedad Rural de Río Cuarto, que contó con la presencia de más de 350 asistentes.
La gestión de personas es uno de los pilares fundamentales para el éxito y sostenibilidad de cualquier empresa agropecuaria. En muchas ocasiones, los líderes y directivos de organizaciones se enfrentan a situaciones donde el conflicto y la incomodidad se hacen presentes, pero los mismos son evitados por temor a generar problemas mayores, cuando, precisamente, la clave consiste en manejarlos de manera estratégica (tal como sucede con cualquier otro ámbito de decisión de la organización).
“Tenemos que aprender a detectar las señales invisibles. Cuestiones que no aparecen en las planillas ni los balances, pero que determinan los resultados de la empresa. Falta de entusiasmo, conflictos que se repiten, fallas en la comunicación. Son mensajes que nos dicen que tenemos que hacer gestión de personas”, explicaron los especialistas.
Si bien a menudo se recurren a frases como “si no le gusta, que se vaya” o “que se arreglen entre ellos”, estas reflejan una postura evasiva ante los desafíos inherentes a la gestión de equipos. El verdadero reto radica en generar las condiciones necesarias para que cada persona pueda desarrollar su máximo potencial, a través de la mejora continua y el entendimiento profundo de sus capacidades e intereses.
“¿Sabemos cómo decir lo que tenemos que decir? ¿Estamos dispuestos a escuchar verdades incómodas sobre nosotros?”, interpelaron los consultores en referencia a las habilidades requeridas para poder realizar una adecuada gestión de personas.

La importancia de la comunicación
Uno de los grandes desafíos en la gestión de personas es la comunicación. No solo se trata de hablar, sino de hacerlo de manera efectiva y sincera. La disposición a recibir retroalimentación y asumir responsabilidades es clave en el proceso de mejora continua. El miedo a la confrontación puede llevarnos a adoptar posturas defensivas o a evitar discusiones incómodas, lo que solo agrava los problemas en el largo plazo.
La gestión de personas implica la habilidad para decir lo que se necesita decir en el momento adecuado y, más importante aún, fomentar un ambiente donde los demás también puedan expresar lo que callan. De este modo, se evitan malentendidos y se promueve la confianza.
“Es importante entender que a veces creemos conocer más de lo que realmente sabemos sobre nuestros colaboradores; a veces se suponen cuestiones que no son tales”, remarcaron.
A menudo, los líderes creen conocer más de lo que realmente saben: se hacen suposiciones sobre la motivación y deseos de los integrantes del equipo de trabajo que no siempre son correctas. La gestión efectiva de personas requiere un diagnóstico constante y preciso de la situación de cada miembro del equipo.
“En toda empresa lo que no se cuida se pierde. Y eso incluye, por supuesto, a las personas; cuando alguien valioso se va, perdemos conocimiento y experiencia. El costo va más allá de la económico”, comentaron.
Los consultora resaltar la necesidad de “crear ámbitos en los cuales cada integrante del equipo pueda decir aquellas cosas que no se anima a expresar, porque, si hacemos un buen diagnóstico, tenemos la mitad de la solución del problema. Se trata de un proceso constante, porque las personas cambian con el tiempo”.
El diagnóstico es un gran punto de partida para cualquier acción que busque mejorar el rendimiento y la satisfacción laboral. La retroalimentación constante, tanto positiva como constructiva, permite identificar áreas de oportunidad antes de que se conviertan en problemas graves.
“Trabajar en gestión de personas implica buscar soluciones en lugar de culpables. No se trata de poner parches, sino de implementar una metodología que nos permite generar resultados medibles”, resumieron.
Luego de la exposición de los consultores, expusieron Martín Kenny (CREA Valle del Conlara) y Diego Audano (CREA Tambero Villa María) en un panel coordinado por Pablo Auliso, asesor del CREA Carnerillo.
Gentileza Contenidos CREA.














