La fábrica Bártoli patentó en 1872 una fórmula especial que creó, por primera vez, el queso más consumido en el país.
Extensos campos de trigo, molinos harineros pegados a las aguas siempre en movimiento del arroyo, frutales, poco ganado pero más que habitantes; Morón a mediados del siglo XIX era muy distinto a como se lo ve hoy. Empero, era un lugar clave ya desde la época colonial. Conocido por ser la frontera entre la civilización y lo desconocido, el punto donde los viajeros se deseaban buen viaje, también fue el lugar donde los emprendimientos industriales encontraron el mejor terreno para el crecimiento.
Sobre pan o acompañando un jamón, dentro de una tarta de verdura o reemplazando a la mozzarella en una pizza casera, el queso cremoso es un infaltable en la heladera de todo argentino. Los hay baratos que no se derriten y también doble crema que se desarman solos. De todos ellos, el primero nació en la Zona Oeste.
La primera revolución industrial, aquella que proveyó de fuerza por medio del vapor, había llegado a la Argentina en forma de máquinas industriales. El ferrocarril la aprovechó desde 1857 cuando nace el Ferrocarril del Oeste. En Morón, el vapor también se utilizó para la industria láctea y alimenticia. En documentos del Archivo General de la Nación existe una foto de la que fue la fábrica de quesos de L Bartoli en Morón. “La fábrica de L. Bartoli, la primera de la Argentina en producir queso mantecoso”, según las redes sociales del AGN.
Si bien no hay información sobre el método para la elaboración del queso, se conoce que era una fábrica a vapor y que el proceso constaba de varios pasos: “Su método de elaboración patentado en 1872, consistía en la aplicación de un líquido especial para cuajar la leche, un sistema especial para salar la masa cascífera y por aplicar maquinaria específica».
Sin más información geográfica que “Morón, Provincia de Buenos Aires”, la ubicación de la planta es una incógnita, pero teniendo en cuenta que Morón era apenas un caserío se puede deducir que no estaría lejos del actual centro de la ciudad
En los Anales de la Sociedad Rural Argentina del año 1873 se nombra brevemente a la fábrica elogiando su producción y alentando a otros a seguir los pasos del primer industrial lácteo del país: “La quesería del señor Bartoli en Morón nos prueba que habiendo brazos, la fabricación del queso es la mismo tiempo lucrativa y fácil de planificar”.
En paralelo, el Monitor de la Campaña, el primer periódico rural de la Provincia de Buenos Aires editado en lo que hoy es Exaltación de la Cruz desde 1871, contaba por esos años con publicidad que permite saber cómo eran aquellos primeros quesos: “A los ricos quesos mantecosos de Bartoli y Cª fabricados en Morón: Sin olor y de buen sabor, recomendados aun para los convalecientes pues son completamente digestivos”.
Desde otros tiempos, por medio sólo de una foto, la historia de Morón, del primer queso y de una de las primeras fábricas de la región, sorprende por su falta de registro y por haberse perdido en el tiempo. Pero la documentación confirma que el primer queso mantecoso fabricado en Argentina surgió en el corazón del oeste.
Por: Castelar Digital