El médico veterinario Carlos Catracchia, especializado en medicina preventiva del ganado lechero, expuso sobre los beneficios de la información para mejorar la producción e intervenir los ejemplares que lo reclaman.
Las estadísticas señalan que los tambos de alta performance ya producen la mitad de la producción total de leche, y esta eficiencia busca siempre nuevos desafíos para mejorar la gestión de un establecimiento. Carlos Catracchia expuso sobre la posibilidad de acopiar datos en tiempo real sobre cada animal de un rodeo, monitoreando a tiempo completo los comportamientos típicos del individuo. La rumia, la actividad y el consumo de materia seca son algunos de los registros que se recogen en este seguimiento estadístico, y a partir de ello tomar decisiones, pues para ello se recoge esta precisa información.
“Hoy, es posible saber con certeza a través de una aplicación en nuestro teléfono, cuántas vacas en condiciones de ser inseminadas tenemos en un rodeo y en qué rango horario puedo hacerlo. Lo mismo para tener información sobre la salud de algunos ejemplares, tipo de problema, y otros datos sensibles para tomar decisiones”, apunta Catracchia, quien lidera el equipo Apsavet que integra a varios profesionales.
Se trata de información de precisión, que evita intervenir en animales sanos. Esto es importante, pues para conocer y tener información precisa se analiza todo el rodeo en momentos diferentes y a partir de ello se identifica con precisión los animales que se deben intervenir.
Catracchia reconoce que esta tecnología de precisión tiene aún mucho para extenderse si tenemos en cuenta la magnitud del rodeo lechero en nuestro país. “Y tiene un elemento positivo adicional: en parte, libera de presiones al equipo de personal que trabaja con el plantel de vacas en el tambo. Pensemos por un instante que una persona que detecta celo en un rodeo de 500 vacas necesita pasarlos por una manga y esa tarea le lleva varias horas”, adiciona.
-¿Hay riesgo de que el volumen, la diversidad y la actualización permanente de los datos tenga un efecto colateral de inmovilización en el manejo?
-En esto tenemos dos planos de información bien diferenciados: por un lado la estadística diaria que requiere acciones directas e inmediatas. Me refiero a los datos sobre sanidad, celo, enfermedades y otros datos duros que ameritan intervención ejecutiva.
Otra parte importante de los datos conseguidos tienen que ver con parámetros poblacionales del rodeo, que requieren de un seguimiento de otro tipo, hay que ir construyendo gráficos de evoluciones y parámetros que se extienden y comparan con el tiempo.
Por su formación y la experiencia recogida en estos años, Catracchia cree que la lechería argentina ralentiza su crecimiento por la pérdida de ejemplares adultos y la reposición con animales jóvenes. “Los tambos que crecen son aquellos que comparando la baja de animales adultos y la incorporación de ejemplares jóvenes muestran un promedio de crecimiento”, razona Catracchia y precisa que en muchos tambos, aún con buenos registros, los animales jóvenes no alcanzan a integrarse para relevo de los adultos que salen de producción. Asegura que entre los animales jóvenes, las principales pérdidas se producen en los primeros 60 días luego del nacimiento; mientras que en los ejemplares adultos se concentra en los 30 días luego del parto. “En síntesis diría que para mejorar la eficiencia en la reproducción en el tambo se debe poner el foco en el parto, pues a partir de esa madre y su cría se define una buena parte del futuro del tambo”, subraya.