Jude Capper: “El impacto ambiental se atenúa con eficiencia productiva”

La doctora Jude Capper, investigadora de la Universidad de Oxford analizó un tema que debe ocupar un mejor sitio en la agenda ganadera: ¿Cómo producir más sin agravar el impacto ambiental?

La experta Jude Capper, investigadora de la prestigiosa Universidad de Oxford (Reino Unido) disertó en el marco del Webinar organizado por el Ifina (Instituto de Formación e Investigación en Nutrición Animal).

La discusión del impacto ambiental de la producción de alimentos de origen animal cada vez está más presente en discusiones de diferentes ámbitos, y la doctora Capper, tras haber publicado varios estudios al respecto, presentó en este webinar cuáles fueron los avances de la lechería en los últimos años en relación a los recursos necesarios para la producción de leche, la excreción de nutrientes y la emisión de GEI, y en qué debemos localizarnos para seguir la cultura de la mejora continua 

Si bien, a priori, los consumidores adhieren más a las producciones pastoriles, en ambientes bucólicos, con un aparente mejor trato de los rodeos, la realidad es bastante más compleja si se mensura el impacto ambiental.

El impacto ambiental

Capper señala que cuando se analiza el impacto que tienen las actividades humanas, incluida la ganadería, no se cuenta con indicadores fehacientes que nos magnifiquen este impacto y no solo a nivel de emisiones sino también en erosión del suelo, pérdida de capacidad productiva y otros aspectos.

Dentro del sector hubo una reducción del efecto de los gases invernadero, y eso es trascendente para el desafío que enfrenta el sector, y esto lo logra a partir de un sensible crecimiento en la cantidad de leche por vaca. La mayor parte de las emisiones son generadas por vacas en etapa de lactancia y si trabajamos en este desafío se mejorarán las condiciones de las vacas que transiten por otras etapas de su vida productiva. Y el responsable de esto es el metano presente en el estiércol.

En este sentido, Capper se refirió a la mejora productiva en los cultivos y de algunos procesados agrícolas que mejoraron mucho su performance productiva mientras que los Gases de Efecto Invernadero (GEI) crecieron solo un 4%. La cuestión a tener en cuenta aquí es que el metano presente en el ambiente se degrada a los 20 años.

El impacto de los GEI se redujeron un 19% por cada litro de leche producida, aseguró Capper.

Si se tiene en cuenta este aspecto ahora el centro de la atención debe ponerse en el carbono y el nitrógeno, y esto es más trascendente si pensamos que un 25% de la carne vacuna que se consume proviene de rodeos lecheros.

Esquema del modelo simplificado

Junto al crecimiento de la población necesitaremos más sin perder de vista lo ambiental y lo social. Y para lograrlo no hay otro camino que crecer en eficiencia, reduciendo el impacto y sosteniendo la rentabilidad del negocio.

La lechería que viene

Con lo anterior como desafío adicional la idea es ir a una vaca cada vez más eficiente en conversión y más estable en su sanidad. Y una de las claves junto a la genética es la alimentación, pues los requerimientos son diversos, incluso en los primeros días de lactancia.

En el siguiente cuadro pueden apreciarse las mejoras en los registros de las vacas promedio en la investigación que expuso la especialista de Oxford en el webinar del nutricionista.

De todos modos, hay estadísticas que se deben mejorar, y una de ellas es la cantidad de vaquillonas que se pierden antes de ingresar al rodeo de producción lechera, con una pérdida que llega al 19%!! Y Capper adelanta: no se debe a la reducción de la edad de las vacas que llegan al primer parto, pues se ha reducido en pocas semanas.

Para modificar hay que medir: el GWP*

Índice GWP (Global-Warming Potential) es una medida relativa de cuánto calor puede ser atrapado por un determinado gas de efecto invernadero, en comparación con un gas de referencia, por lo general dióxido de carbono. Y el índice GWP* es una medida revisada y más precisa de este fenómeno, y señalan que las emisiones constantes de metano causan poco calentamiento adicional. En contraste, cada tonelada de CO2 emitida causa aproximadamente la misma cantidad de calentamiento cada vez que ocurre.

Las reducciones más rápidas en las emisiones de metano conducen al enfriamiento, lo que presenta una oportunidad para que la agricultura compense los retrasos en la reducción de dióxido de carbono óxido nitroso.

Oír a los consumidores y comunicar mejor

Nadie que produzca debe perder de vista el impacto y menos aún la ganadería. En tiempos de pandemia el Covid-19 redujo la emisión de gases y la población nota la mejora, no solo en el color del cielo. Estamos en presencia de un consumidor informado y preocupado por el origen de su estrategia alimentaria. También irrumpe en escena un pequeño pero ruidoso grupo de veganos pero hay que prestar atención a un segmento creciente que se denominan flexitarianos y ya está en el 10% de la demanda.

El flexitarianismo es ser “flexible” sobre la forma en que se es vegetariano. Elige cocinar y comer sin carne, pero en reuniones o en un restaurante come platos que contienen carne.

Por ello, y para quienes ocupen eslabones de la cadena que contacte al consumidor deben diseñar etiquetados simples, sin carga excesiva de números pero con indicadores de sustentabilidad. “Se deben rescatar el valor nutricional de los lácteos. Contar que hay buen trato animal, menos enfermedad, responsabilidad ambiental y ética social”, aconsejó la investigadora de Oxford.

Osvaldo iachetta / Redacción TodoAgro 

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