La detección oportuna de acidosis ruminal subaguda es difícil

En una presentación que vi hace unos años, se decía que la rumenocentesis era la forma más exacta de diagnosticar la acidosis ruminal subaguda. ¿Hay algún método más reciente?. Leer es enterarse.

En particular, me pregunto si los monitores de actividad que utilizamos hoy día podrían diagnosticar la acidosis ruminal subaguda, o por lo menos proporcionar una alerta oportuna.

La incidencia de acidosis ruminal subaguda (ARSA) continúa siendo un problema significativo. Se calcula que le cuesta a la industria lechera hasta mil millones de dólares anuales en producción de leche. En los últimos años, muchas investigaciones sugieren que aproximadamente el 20% de vacas al inicio de la lactancia, y un 25% a la mitad de la misma, padecen de ARSA.

La causa probable al inicio de la lactancia son las raciones altas en energía que se introducen rápidamente en el periodo de transición. Las vacas a mitad de la lactancia que tienen una tasa alta de ingestión de alimento, presentan ARSA cuando hay cambios súbitos en la ración, como un error en el mezclado o suministro, o una variación de componentes clave en la dieta.

El diagnóstico de ARSA es un desafío porque los signos clínicos son sutiles. Generalmente, se presentan problemas de salud y productividad mucho después de la disminución inicial del pH. Probablemente, las cojeras son el problema más significativo que observa el técnico en recorte de pezuñas. En los hatos con niveles altos de ARSA habrá también una ocurrencia alta de cojeras.

Otros problemas de salud relacionados incluyen más casos de desplazamiento de abomaso, timpanismo, desempeño reproductivo deficiente. En el hospital de la Universidad de Wisconsin, a veces vemos vacas de exhibición y toros de inseminación que empiezan a sangrar por la nariz (epistaxis). En estos casos crónicos de ARSA, se han formado abscesos en pulmones y vasos sanguíneos, provocando un sangrado pulmonar significativo y epistaxis.

Así que ¿cómo podemos identificar ARSA antes de que se presenten consecuencias negativas en la salud? Esperar la aparición de cojeras, epistaxis, o evidencia de rumenitis en una necropsia, es llegar tarde demasiado tarde a resolver el problema.

Anteriormente, se utilizaba la valoración de la depresión de grasa de la leche, en muestras individuales o del tanque, pero estos datos son limitados. Hay muchos otros parámetros que se han descubierto significativos, pero la mayoría, incluye una medida continua del pH ruminal, y generalmente no se aplica en los establos.

Ocasiones específicas hacen necesaria una medida directa del pH del fluido ruminal, a través de la rumenocentesis, para poder diagnosticar acidosis ruminal aguda o subaguda en un hato. La rumenocentesis continúa siendo el método más exacto en tiempo real para situaciones particulares, pero es invasiva y requiere tiempo.

Se ha desarrollado la tecnología que permite colocar un bolo inalámbrico para monitorear continuamente el pH ruminal, este procedimiento es similar a la inserción de una sonda transmisora en una fístula ruminal, como se usa en las investigaciones. Sin embargo, desde mi punto de vista, se requieren más investigaciones para que los datos sean útiles y estos bolos puedan utilizarse de forma rutinaria en los establos.

Al parecer, el uso de monitores de actividad está ayudando a los productores a evaluar los parámetros de salud del rumen y la eructación. Sin embargo, como cualquier otra herramienta, debe combinarse con otros datos concretos, en este caso, es indispensable vigilar el comedero y los protocolos de manejo.

Por Keith Poulsen, D.V.M. – El autor es profesor de la Universidad de Wisconsin

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