El sábado 16 de septiembre falleció Zulema Lidia Ibarbia de Porcel, Zuly para quienes la apreciaban por su gran amor por las vacas, especialmente las Holando Argentino, cuya cría y mejoramiento impulsó desde la cabaña Campazú, su establecimiento en Vicente Casares.
Hija del famoso médico Asencio J. Ibarbia, junto a Zulema Lidia Thomas, Zuly vivió siempre apegada a su Saladillo natal, conservando sus recuerdos infantiles y sus amistades de maestra.
En sus actividades en la cría del Holando Argentino, cualquiera que hable del desarrollo de la raza tiene que nombrar obligatoriamente a Campazú por el extraordinario aporte realizado por Zuly a través de la cabaña, su personal y sus animales.
Campaz+u fue una cabaña ganadora de cientos e importantes premios en las más grandes exposiciones: Palermo, Mercoláctea, Fiesta Nacional del Holando, Rafaela, Coronel Brandsen y muchas más, tanto en el pedigrí como en el Registro de Crías.
“Fue una gran entusiasta de la raza y la producción lechera, muy colaboradora y predispuesta abriendo las tranqueras de Campazú. Recibía con la camaradería que la caracteriza, a productores y criadores de todo el mundo, una vidriera donde se apreciaban muy buenas vacas producto del destacado trabajo en desarrollo genético. Amante de las vacas lecheras todos los fines de semana, disfrutaba viéndolas y estudiando las grandes familias de vacas, que la llevó a lograr animales consagradas en las principales pistas”, la despidieron en ACHA.
Por su parte, Alejandro Giúdice recordó que hace 40 años, cuando era joven ella lo contrató junto a su esposo, Tito, para desarrollar un tambo de vanguardia en esa localidad bonaerense, con tradición porque había sido la zona de la afamada La Martona. Contó que lograron y consiguieron algo inédito en la Argentina: crear un biotipo de vaca lechera de excepcionales características lecheras y excepcional ubre, que es lo más importante para este país.
“Zuly se caracterizó por su amistad, su simpatía y su don de anfitriona. Las tranqueras de Campazú siempre estaban abiertas para cualquier evento que era necesario llevar a cabo por la raza, por la Asociación Criadores de Holando Argentino, cualquier visitante extranjero o cualquiera que necesitaba ver cómo era una buena vaca.. Gran estudiosa de sus vacas, y así como gustaba de analizar sus antecedentes, le gustaba recorrer los lotes y ver el estado de las mismas.. Será muy difícil de olvidar”, señala Jorge Mourglia en el cierre de su reflexión frente a la infausta noticia.
Nota realizada con datos de Jorge Mourglia, ACHA y diario La Nación