La lechería en el cierre de 2022: hay mar de fondo

El sector lácteo de Argentina ha exhibido durante varios años una enorme voluntad de diálogo y ha resignado márgenes en aras de la seguridad alimentaria. Pero el Dólar Soja cambió todo. Las tres cámaras industriales emitieron un meduloso comunicado

Diversos estamentos de la producción y la industria leche cuestionaron con mayor o menor dureza, la decisión del gobierno de instrumentar el Programa de Incremento Exportador, y por añadidura la puesta en marcha del Dólar Soja I y Dólar Soja II, por el enorme impacto y daño que significa para un sector que trabaja en un 60% en campos alquilados y cuyo costo de alimentación supera el 50% del costo total de producción.

A pesar de una falta de coordinación intraeslabones y en su encadenamiento, distintos segmentos lecheros han trabajado con firmeza para construir y sostener el crecimiento lechero, con inversiones, innovaciones, crecimiento de exportaciones y a la vez, el sector, ha sido protagonista en diversos acuerdos, en especial de precios que ayudaron a la seguridad alimentaria del país.

Las tres cámaras industriales critican, advierten y piden

Asimismo, las tres cámaras que nuclean a los industriales lácteos lanzaron un comunicado conjunto referido al relanzamiento del “dólar soja”, que dice textualmente:

Las cámaras que nucleamos a las industrias lácteas argentinas, el Centro de la Industria Lechera (CIL), la Asociación de Pequeñas y Medianas Empresas Lácteas (Apymel) y la Junta Intercooperativa de Productores de Leche (JIPL), expresamos nuestra profunda preocupación por los efectos negativos que tendrá sobre toda la cadena el reciente restablecimiento del Programa de Incremento Exportador, más conocido como “dólar soja”.

El antecedente de su versión I -vigente durante septiembre pasado- nos demostró que habrá un inevitable impacto alcista sobre las cotizaciones promedio principalmente de la soja, pero también del maíz y de la mayoría de sus subproductos, y en definitiva sobre el costo de alimentación en el tambo. Un efecto similar se prevé en las renegociaciones de los contratos de alquiler de la tierra, muy frecuentes en nuestra actividad.

Consideramos que la medida adoptada agrega un ingrediente más en detrimento de la alicaída rentabilidad de la cadena, y por lógica en los niveles productivos proyectados, justo en un momento en el que varias de las industrias asociadas a nuestras cámaras participan en el nuevo Programa “Precios Justos”, que en su parte medular establece precios fijos durante el trimestre dic22-feb23 para los productos listados, y aumentos máximos del 4% mensual para el resto de las categorías.

Ya es por todos conocido que el factor climático ha cobrado un papel central en los resultados, y en consecuencia, en el ánimo de los protagonistas de la cadena láctea. La persistente sequía invernal, que obligó a consumir anticipadamente las reservas forrajeras y a aumentar las compras de alimentos fuera del establecimiento en el intento de sostener los niveles de producción, pero incrementando los costos, fue seguida por una primavera sin mayores lluvias, lo que está consolidando el tercer año consecutivo en fase “Niña”. Y lamentablemente los pronósticos oficiales de corto plazo no prevén una mejoría de la situación para la región productiva central.

Los daños ya reportados y los previstos en los principales cultivos preanuncian un escenario 2023 con reservas más escasas, de menor calidad y a mayores costos, todo lo cual condiciona a la industria para mejorar aún más el precio al productor para intentar cubrir esos costos, a fin de sostenerlos en la actividad y evitar una caída más marcada en la oferta futura.

En el cierre las tres cámaras lanzaron una advertencia y un pedido: “Desde las Cámaras Industriales venimos advirtiendo sobre este cuadro crítico, que sin duda pone en riesgo la generación de materia prima en los próximos meses y en todos los perfiles de tambo, especialmente en los pequeños y medianos productores. Es por todo esto que las cámaras industriales más importantes de la cadena láctea reclamamos a los funcionarios acciones concretas tendientes a aliviar la difícil situación por la que atraviesa la producción primaria de leche, agravada por el relanzamiento del “dólar soja”, y que lógicamente afectará también de manera significativa a nuestras industrias asociadas.

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