El biólogo Humberto Maturana afirma que “todo vivir humano ocurre en conversaciones y es en ese espacio donde se crea la realidad en que vivimos”. Un buen aporte desde el INTA San Francisco ayuda a definir “qué hacer”.
Todos los días, desde que nos levantamos, estamos inmersos en conversaciones, ya sea con uno mismo o con otros. Poder diseñar esas conversaciones y gestionar las emociones que las rodean, provocará un salto de calidad en las relaciones y en los resultados. Si entendemos lo anterior, nos daremos cuenta de lo importante y estratégico que es el tema de la comunicación en cualquier lugar que haya gente. Empresa o familia, en cada ámbito la comunicación tiene los siguientes objetivos: lograr entendimiento para que las cosas se concreten en tiempo y forma, para que se construya y fortalezca el vínculo y para facilitar el crecimiento mutuo.
Silencios que aturden
No hay nada más grave para una empresa o familia que las conversaciones se posterguen o, lo que es peor, que nunca se den. En el sector agropecuario, por la propia idiosincrasia de las personas que lo integran, esto sucede a menudo y empeora cuándo, además, coexisten dos o tres generaciones.
Deducir cuál es el resultado, es simple, aunque las consecuencias que genera sean complejas y, frecuentemente, dolorosas: las cosas no se hacen o se realizan de manera inadecuada y cuando ello ocurre, las relaciones se ven afectadas, el clima de trabajo se torna tóxico y, lo que es peor, nadie crece, ni las personas ni las empresas. Como es de esperar, la mala comunicación por desprolija, inapropiada o por inexistente suele ser la principal fuente de problemas dentro de las empresas.
Las conversaciones que no tenemos
En la diaria mantenemos conversaciones con mucha gente, esposa, hijos, nietos, padres, hermanos, primos y en varias ocasiones, a estas relaciones de parentesco, se le suma el vínculo laboral: compañeros de trabajo, empleados, socios y hasta la de jefe. Y si ya era difícil mantener una relación familiar armónica, cuando se le agrega la cuestión laboral ahora, “altroqué”*.
A continuación, compartimos algunas conversaciones trascendentes que suelen ser evitadas o retrasadas por diferentes motivos:
● Traspaso generacional, en empresas unipersonales.
El traspaso generacional, inevitablemente, tiene implícito a alguien que cede y otro que asume poder. Tener estas conversaciones que aporten claridad al futuro de la empresa y del sucesor, suele ser una decisión muy acertada tanto para la empresa como para la familia.
● Traspaso generacional, en sociedades de hermanos.
Igual que para la situación anterior, NO tener estas conversaciones genera problemas y mayores inconvenientes a futuro. La muerte de alguno de los socios desencadena una suerte de decisiones apresuradas y de conflictos que podrían haberse evitado. Lamentablemente, esos conflictos generan pérdida innecesaria de capital y termina por afectar los vínculos familiares, pierde la empresa y pierden las personas. Muchas empresas agropecuarias, se encuentran en esta situación. Iniciar las conversaciones más temprano que tarde, siempre es una buena decisión.
● Expectativas de desempeño de los colaboradores, lo que no decimos…
Suele pasar a menudo, que evitamos conversar respecto al desempeño de nuestros colaboradores y de lo que esperamos de ellos en términos de resultados, de maneras de hacer el trabajo o simplemente sobre determinadas actitudes que nos incomodan a nosotros o a los demás. Postergar estas conversaciones hasta que la situación no dé para más, no es la mejor opción. Cuando se llega a ese nivel, seguramente, lo que se dice y el cómo se dice no va a mejorar la situación, es más, es muy probable que empeore. Es por ello que hablar en el momento y de la manera justa, siempre va a ser una buena decisión.
Hasta acá estuvimos remarcando cuáles son las conversaciones que no tenemos, ahora bien… ¿por qué no las tenemos? ¿qué nos impide enfrentarlas? Ese es el principal desafío, poder identificar las causas para encontrarles la solución.
Habitualmente, no tenemos en cuenta que los sentimientos o emociones están muy presentes y muchas veces, son los responsables de que las conversaciones se posterguen o se eviten.
En resumen, evitar o no sostener conversaciones asociadas a temas difíciles se basa en el miedo, la incomodidad y la falta de herramientas emocionales y comunicativas, lo que refuerza la resistencia a enfrentarlas. Sin embargo, abordarlas con preparación, empatía y claridad puede transformar el conflicto en una oportunidad para el crecimiento y la conexión.
(*) Expresión coloquial que se originó del italiano “altro che”. Dicho que acentúa, exagera y reafirma una cualidad, estado o situación. Fuente: https://ffyh.unc.edu.ar/wp-content/uploads/2019/09/diccionario-sin-coronita-primeraedici%C3%B3n.pdf
Para más información
1 Ing. Agr. Mgter. Alejandro Centeno, Jefe de INTA AER San Francisco. centeno.alejandro@inta.gob.ar
2 Ing. Agr. Graciela Gasparetti, Extensionista de INTA AER San Francisco. gasparetti.graciela@inta.gob,ar
3 Gustavo Bitar Tacchi, ingeniero agrónomo, Magíster en Dirección de Negocios, Coach Ontológico Senior. Profesor Adjunto de la Universidad Nacional de Villa María y Socio Fundador de AgroCoach