Jamie Jonker es vicepresidente de Sostenibilidad y Asuntos Científicos de la NMPF, fue elegido –el año pasado- presidente del Comité de Coordinación Científica y de Programas de la Federación Internacional de Lechería (FID).
Desde esta función, Jonker (foto de portada) ayuda a liderar la gestión general de los más de 150 proyectos científicos y técnicos que actualmente están llevando a cabo los expertos de la FID en seguridad alimentaria para el bienestar animal, economía para la sostenibilidad y todo lo demás. Este papel también ayudará a alinear las prácticas lácteas estadounidenses con las de otras naciones.
La FID es la principal fuente de experiencia científica y técnica para todas las partes interesadas de la cadena láctea y desde 1903, ha proporcionado un mecanismo para que el sector lácteo alcance un consenso mundial sobre cómo ayudar a alimentar al mundo con productos lácteos seguros y sostenibles.
En línea con estos objetivos, en una nota publicada por la revista especializada Hoards Dayrman, Jonker dice que “el sector lechero al pensar globalmente, deberá actuar localmente”
Puntualiza que “los esfuerzos globales para disminuir el carbono y el calentamiento atmosférico, a través de intervenciones del gobierno, clientes y consumidores, están poniendo énfasis en la reducción de las emisiones de carbono de todos los sectores, incluido el lechero”. Añade que “más allá de la opinión de cualquier persona sobre el motivo del calentamiento global, el hecho, es que los consumidores valoran la sostenibilidad como un atributo positivo de los productos”.
Sobre estas afirmaciones y por la gran productividad de la lechería norteamericana, Jonker resalta que los productores lecheros de los Estados Unidos tienen datos que los ayudan a mensurar el esfuerzo que están haciendo por más y mejores alimentos seguros y sostenibles. “El impacto medioambiental de producir un galón de leche en EE.UU. en el 2017, requirió un 30% menos agua, un 21% menos tierra, y emitió un 19% menos huella de carbono, en comparación con el 2007”, y que “ese es el progreso que quieren ver los consumidores”.
Hacia la neutralidad
“Alcanzando este desafío, hacia una mayor sostenibilidad, el año pasado el Centro de Innovación para Productos Lácteos de los Estados Unidos, estableció los Objetivos de Sostenibilidad 2050 para los productos lácteos estadounidenses, de modo que lleguen a ser neutrales en emisiones de carbono o mejor aún, para que optimicen el uso del agua, maximizando el reciclaje, así como mejorando la calidad del agua, mediante la optimización del uso de estiércol y nutrientes”, afirma Jonker.
“El progreso actual de los productos lácteos estadounidenses, y los objetivos para el 2050, son cada vez más importantes en el ámbito internacional, ya que más del 15% de su producción de leche ahora se exporta. Los productos lácteos norteamericanos no sólo compiten en precio, seguridad y nutrición, sino también, cada vez más en sostenibilidad. Los competidores globales en Europa y Oceanía, se han embarcado también en el viaje de la sostenibilidad, y la están utilizando como una diferenciación de marketing. Arla, Friesland Campina, Nestlé y Danone, tienen el objetivo de ser carbono neto cero para el 2050. Walmart por su parte, planea alcanzar ese hito con 10 años de anticipación, antes que dichas compañías. Y no están solos en estos objetivos”, subrayó.
Un debate necesario, que necesita argumentos
La sostenibilidad de la agricultura también se está convirtiendo en un punto de atención en los debates multilaterales, como la Cumbre de Sistemas Alimentarios de las Naciones Unidas de este año, que se ha presentado como un esfuerzo para «reformar radicalmente» la dieta humana y la forma en que el mundo cultiva y produce alimentos.
Dice Jonker que “desafortunadamente, parte de esa reforma radical parece estar sesgada contra la ganadería intensiva, específicamente, la producción en Estados Unidos. La industria lechera de nuestro país se encuentra colaborando a través de organizaciones de control, exportación y cooperativas para contar la historia verdadera de estos productos, abogando en la cumbre por los intereses de los productores lecheros de Estados Unidos, a través de diversos canales”.
Parte de ese esfuerzo es la plataforma FARM Environmental Stewardship. Lanzada en el 2017, FARM ES se encarga de cuantificar la huella medioambiental actual de un establo, centrándose en las emisiones de gases de efecto invernadero y en la energía, apoya a los productores con un conjunto de herramientas y recursos, permitiendo mejoras a largo plazo. Las cooperativas y procesadores de productos lácteos pueden agregar esa información para compartir las historias de los productores con los clientes y consumidores de la cadena de suministro. A finales de 2020, se inscribieron en FARM Environmental Stewardship organizaciones que representaban casi el 80% del suministro nacional de leche de Estados Unidos.
El desafío del Net Zero y la lechería
La idea entreotras acciones es implementar el concepto de Net Zero en las lecherías, es decir producir tanta cantidad de energía como la utilizada a lo largo de un año.
Cuando el vicepresidente de la Unión Europea, Frans Timmermans, expuso el Acuerdo Verde del bloque a finales de 2019, propuso que el apoyo del gobierno central y la digitalización podrían ayudar a todos los sectores de la sociedad a ser neutrales en carbono para finales de 2050, convirtiendo a Europa en el primer continente climáticamente neutro.
En ese momento, EE.UU –en la gestión de Donald Trump- era claramente negacionista del cambio climático, y estaba fuera del acuerdo climático de París. Poco más de un año después, las cosas han cambiado. El compromiso de Europa sigue siendo fuerte, mientras que una nueva administración ha vuelto a traer a Estados Unidos a la mesa. El presidente Biden ha restablecido la agenda verde de la administración Obama y prometió alcanzar la neutralidad de carbono para 2050.
Jonker indicó que “la iniciativa Net Zero se ha destacado como parte del esfuerzo y es el camino de la industria lechera estadounidense para alcanzar sus objetivos colectivos de sostenibilidad para el 2050. Lanzado el año pasado, Net Zero, es un esfuerzo de la industria para acelerar la acción voluntaria en los establos, reduciendo así, los impactos ambientales, contribuyendo a que las prácticas y tecnologías sostenibles sean alcanzables para los establos lecheros de todos tamaños y geografías en Estados Unidos. Esto puede lograrse mediante la investigación, proyectos piloto en los establos, el desarrollo de productos basados en el estiércol, mercados de los ecosistemas, apoyo técnico a los productores y un sinfín de oportunidades”.