Llegó la hora del pasto

Hay 90 días entre el 10 de agosto y el 10 de noviembre. En esta ventana de tiempo nos puede “pasar el pasto por encima” o podemos capturar la oportunidad para la que esperamos todo el año. Es el momento de producir y cosechar pasto de alto valor nutricional. Por el Dr. Gonzalo Tuñon.

Es más fácil gestionar la escasez que la abundancia. Esto aplica al manejo del pasto, un ejemplo claro es la correlación directa entre carga animal y cosecha de pasto: más competencia es igual a mayor presión de pastoreo, resultando en mayores cosechas de pasto de calidad. Todo esto es pertinente hoy porque la primavera prácticamente empezó y la primavera es el momento para cosechar al menos la mitad del pasto que podemos cosechar en el año.

El problema es que en estos meses el pasto crece a veces de manera incontrolable. Una manera de prevenir la excesiva acumulación de forraje en la primavera es ser proactivos y achicar el área de pastoreo antes de verlo, de manera tal de equiparar la oferta y la demanda de pasto. Como decía Colin Holmes, “al final es una cuestión de oferta y demanda”. Y también decía Colin, “si no tenés miedo es porque algo anda mal”. Es que manejar bien el pasto, en especial en primavera, tiene que ir de la mano de un poco de adrenalina. Si vemos muchos días de pastoreo adelante, ¡hagamos algo ya! Si no, pasaporte para el fracaso ¿Y entonces?

El cálculo del miedo
Pensemos en una ventana de tiempo 90 días en que la oferta de forraje superaría a la demanda (por ejemplo, 10 de agosto al 10 de noviembre). Queremos cosechar todo lo que crezca y, si es posible, por pastoreo directo. ¡Lo que no queremos es que se nos pase el pasto! Nunca. Volvamos a lo básico, oferta y demanda.

Entonces, nos situamos hoy, en agosto, y pronosticamos como se va a comportar el crecimiento ¿Cuál será la tasa de crecimiento promedio en ese período de 90 días? Digamos que asumimos que va a ser de 50 kg MS/ha (ojo, no vale ser demasiado conservador). ¿Cuál es el consumo máximo de pasto que podemos lograr con los animales? Saquémosle un porcentaje por utilización del 80% (de lo que crece), entonces cada animal necesita que se le ofrezcan 15 kg para comer unos 12 kg de materia seca. Por último, ¿Cuál va a ser la carga animal promedio en ese período? Digamos que 3 vacas/ha. Cada día, para que coman las vacas al máximo, el sistema necesita 3 x 15 = 45 kg MS de pasto por ha.

Volvamos a la tasa promedio pronosticada, que era de 50 kg MS/ha/día. Y necesitamos 45 kg MS/ha/día. La decisión ahora es fácil de tomar, aunque requiere coraje; por eso el “cálculo del miedo”: podemos achicar el área de pastoreo (superficie efectiva de pastoreo) en un porcentaje, es decir 45/50 = 0,90. Esto quiere decir que podemos usar el 90% del área y cerrar el 10% del área para reservas. Ganamos por todos lados, todo lo que ofrecemos es de calidad y cerramos área para reservas en forma proactiva.

Ahora pensemos en el área de pastoreo efectiva (superficie donde las vacas del tambo van a pastorear en ese período). Además de reservar pasto y, quizás más importante, logramos que toda la superficie de pastoreo mantenga calidad. Tenemos en promedio cuatro pastoreos. Si somos eficientes, cosechamos al menos la mitad de la oferta anual. Si queremos gestionar bien este recurso más vale ponernos en posición de escasez y animarnos a tener un poquito de miedo. Si hacemos algo así en este momento podemos pretender cosechar mucho pasto de calidad en este momento crítico del año.

Fuente: Dairylando.com

Lote listo para encarar la “ola de pasto”… fertilizado con urea y desmalezado luego del pastoreo, para promover la oferta de pasto de calidad  (raigrás anual, Navarro, BA)

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