Los mercados son conversaciones y deben incluir la sustentabilidad

El especialista Juan Tricarico, que participó en el Congreso de Innovación Láctea (CIIL 2021), enfatizó en la necesidad de crear una red de intercambios donde se construyan consensos entre productores, industria y consumidores para abordar los problemas vinculados a la sustentabilidad de la cadena láctea.

Juan Tricarico es egresado en carrera de grado en Biología de la Universidad de Buenos Aires y luego viajó a Estados Unidos, donde vive hace muchos años y allí se doctoró en Producción Animal en la Universidad de Kentucky. Disertó en el Congreso de Innovación Láctea (CIIL) enfocando la sustentabilidad del negocio lechero. El CIIL es un espacio para pensar la innovación en el sector y por otro, tomar un rol proactivo en la lucha contra la desigualdad en nuestro país, a través de la entrega de leche a comedores escolares en la ciudad de Rosario.

“El compromiso con la sustentabilidad en el caso de la industria láctea americana es un intercambio que incluye a la academia, farmers e industria en un desafiante combo por encontrar equilibrios”, introduce Tricarico y asegura que esas conversaciones hay posiciones diversas y a veces con miradas opuestas pero debe ser a través de intercambios el modo que se toman decisiones. Conversar para todas las acciones, intercambios para decidir compras o acciones o diseñar proyectos de mejora en la sustentabilidad de un negocio determinado.

Los consumidores elevan inquietudes a los centros comerciales y éstos los comparten con sus productores, y éstos a su vez con sus empleados y proveedores, ésa es la idea de conversación por la sustentabilidad que propone Tricarico. Y a veces el problema reclama que intervenga la academia, sean centros de estudios superiores, agencias de investigación o departamentos de universidades. Ésa es la red de intercambios que construyen consensos y planes para abordar los problemas.

“La sustentabilidad tiene significados diferentes y cada integrante de una cadena productiva destinada a la alimentación tiene la propia y a veces se desprecia el concepto que sostiene toda la actividad, amén de su segmento o especialidad. Hay que escuchar a nuestro vecino, a quien le compramos y a quien le vendemos. A veces nuestros compradores quieren promocionar el producto como sustentable y entonces hay que conversarlo”, dijo.

Hay algunas creencias que circulan y son adoptadas pero no carecen de rigor técnico o científico, y para ilustrarlo el especialista echó manos a una imagen típica como referencia de sustentabilidad: “Una vaca que pasta no es lo mismo que un vaca confinada, pero no implica que de por sí un sistema sea más sustentable que otro. No existe el mejor sistema, todos tienen ventajas y ciertos límites”.

La pregunta lleva a promover más preguntas y eso está bueno, yo tengo una mirada desde los zapatos del productor pero no todos los productores son iguales. Los dos deben hacer evaluaciones para mejorar el sistema productivo y su paso por escenarios comerciales lo van a ir mejorando pues la mirada del consumidor irá poniendo el acento en el manejo productivo de la facturación. La cadena en mucho más que un montón de eslabones, pues en la producción cada productor tiene objetivos de sustentabilidad a veces diferente pero eficientes desde ese punto de vista.

Todos estamos aprendiendo de todos, todo el tiempo. Hay que emitir mensajes a través de nuestros productos pero también escuchar a nuestros compradores y a los mensajes de nuestros consumidores. Es a partir de ello que se puede formular un plan de comunicación en torno al valor que tiene ese producto cuando sale de la factoría.

Para ilustrarlo, Tricarico tiró: “En mi barrio tengo vecinos y cada uno de ellos son diferentes: los hay ancianos y matrimonios jóvenes con hijos pequeños, y cada uno tiene prácticas diferentes y las diferencias se salvan a partir de conversar, de arrimar posiciones”.

Hace un tiempo atrás, el referente de Dairy Management relacionó a las partes que dieron conversar para enfocar colectivamente el tema de la sustentabilidad en la lechería y produjo el siguiente texto:

Medición del impacto ambiental de los productos lácteos
Luego de una evaluación del ciclo de vida (LCA) que la industria láctea de EU realizó en 2008 se concluyó lo siguiente. La industria láctea representa: menos del 2% de las emisiones totales de GEI en los EU; 5,1% del uso de agua; y el 3,7% de las tierras agrícolas de EE. UU. Mientras tanto, en el campo, el impacto ambiental de producir un galón de leche en 2017 se redujo significativamente desde 2007, requiriendo: 30% menos de agua; 21% menos de tierra y la Huella de carbono es un 19% menor a la del 2007.

Este estudio permitió a la comunidad láctea comenzar a hablar sobre sustentabilidad de manera más cuantitativa que cualitativa cuando se habla de los productos lácteos.

La industria láctea de EU anunció en 2020 su compromiso de ser carbono neutro, mejorar el uso del agua y la gestión del estiércol para el 2050. Junto con la Iniciativa de Carbono Cero (NZI) el objetivo es crear un mundo en el que los productos lácteos sean una solución para los desafíos ambientales y de nutrición actuales. NZI permitirá que los productos lácteos proporcionen una nutrición accesible y asequible al tiempo que secuestran carbono y mejoran la salud del suelo a través de sistemas mejorados de uso de la tierra; reducir las emisiones de GEI mediante la gestión de la nutrición, la gestión del estiércol y la eficiencia energética; y generar energía renovable que pueda propulsar de manera limpia vehículos, hogares y negocios. Las empresas Nestlé y Starbucks anunciaron recientemente que están brindando apoyo financiero, técnico y experiencia para ayudar a los agricultores a encontrar su camino hacia el cero neto.

NZI documentará los esfuerzos de los agricultores, como la producción de energía renovable a partir del viento y la energía solar, así como la digestión anaeróbica. También hará un seguimiento de otras medidas de ahorro de energía, como la iluminación led instalada en los establos o el cambio a la refrigeración de alta eficiencia que se utiliza para enfriar instantáneamente la leche en la granja. Las prácticas en los campos, como la labranza mínima, los cultivos de cobertura y las franjas de protección, también son formas en que los agricultores reducen sus emisiones de GEI.

Adaptación de tecnologías revolucionarias
Además de los digestores anaeróbicos de estiércol un gran ejemplo de tecnologías que llegaron para cambiar fuerte el sector lácteo es Varcor. Mediante un proceso llamado recompresión y destilación de vapor, el estiércol de vaca que se ha mezclado con agua de la limpieza de los establos se conduce hacia el sistema Varcor donde se calienta hasta alcanzar un punto cercano a la ebullición. Luego se seca y se raspa para obtener un fertilizante inodoro concentrado de nitrógeno, fósforo y potasio (NPK). El sistema también produce un segundo subproducto: amoníaco acuoso, que tiene un alto contenido de nitrógeno y puede inyectarse en el suelo como fertilizante adicional para los cultivos.

En última instancia, Varcor eliminaría la necesidad de lagunas de almacenamiento de estiércol en las lecherías al tiempo que reduciría en gran medida las emisiones de metano. También reduciría o eliminaría los tractores, los camiones y el combustible que se utiliza para manipular el estiércol. Un tambo de 3000 vacas puede llegar a producir 20 toneladas de biofertilizante solido al día.

Esta tecnología y otras más permitirán llegar a la industria lechera americana a ser Carbono Cero en el 2050 o incluso antes.

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