Este tipo de medidas erosionan fuertemente la confianza y conducen a que inmediatamente se retraiga la producción y las inversiones, situación que llevará indefectiblemente a mayores precios para los consumidores y menos trabajo.
El cierre de los mercados logra un efecto contrario al deseado, medidas similares en el pasado dieron como resultado una brutal caída del área sembrada con el cultivo, perjudicando no solo a la producción sino a toda la cadena de valor.
Tenemos que volver a pensar en el largo plazo, y para eso debemos tener un horizonte claro, donde podamos conocer las reglas de juego y a su vez terminar con las falsas antinomias entre abastecer el mercado interno o exportar, cuando sabemos a ciencia cierta que nos sobran recursos para hacer las dos cosas a la vez. Reiteramos nuestra disposición a colaborar con el sector público debatiendo y aportando ideas que contribuyan a un país que finalmente logre desarrollar todo su potencial en beneficio de todos los argentinos.