Meprolsafe fortalece su idea sobre el pago por calidad

La Mesa de Productores de Leche de Santa Fe detalló el proyecto que elaboraron para pasar del pago por litro a los componentes, para mejorar las condiciones del sector, sin perjuicio de los tambos chicos. Con falta de intención política, mientras tanto la entrega de leche sigue con un precio decidido por las industrias.

El pasado sábado 8 de mayo en la localidad santafesina de Progreso, la Mesa de Productores de Leche de Santa Fe realizó un encuentro para presentar las alternativas de su propuesta para mejorar el sistema de pago de la materia prima y activar el pago a los productores, saliendo del esquema por litro.

Fernando Córdoba, el presidente saliente de la entidad, junto con Marcelo Aimaro, que tomará el cargo a partir de una asamblea virtual, fueron los encargados de detallar los alcances de este análisis respaldado técnicamente por Roberto Socín, también presente en el encuentro.

“Queremos que cada uno cobre por lo que realmente entrega y no que algunos estén subsidiando a los demás” aseguró Córdoba, destacando que hoy hay hasta 20 por ciento de diferencia, entre lo que se cobra y lo que se podría recibir por la leche cruda.

“Lo que pretendemos con el pago por sólidos es que haya una equidad, que es algo que viene de la época del acta de San Francisco”, haciendo referencia al acuerdo que provincias, industria y entidades de productores de mayo de 2002.

“Siempre hemos presentado proyectos, a todos los gobiernos” explicó Aimaro. Según los datos de la Dirección Nacional de Lechería, el problema en los tambos más chicos no es la calidad de leche, respecto a grasa y proteína, sino las células somáticas y las unidades formadoras de colonias, que es algo que se resuelve fácilmente y en un plazo razonable de tiempo, siempre sobre la base de una calidad de leche dispuesta por el Código Alimentario Argentino, con tres por ciento de grasa y 2,9 por ciento de proteína, hasta 400 mil células somáticas y 200 mil unidades formadoras de colonias, sin mención de condiciones de temperatura, a partir de lo cual cada industria tiene que armar su tipificación.

“En las reuniones que hemos tenidos semanalmente, hay muchas entidades que muestran falta de compromiso de algunos representantes de los productores”, manifestaron respecto a los encuentro organizados virtualmente por el Gobierno Nacional, para conocer la postura de las entidades.

Aimaro explica la diversidad. “Hay varias lecherías. La de Santa Fe es muy pastoril, con tambos pequeños y medianos. Córdoba tiene otro tipo de producción y ni hablar de Buenos Aires, con tambos de gran tamaño. Nos debemos una lechería diferente. Queremos seguir siendo productores y que todos sigan trabajando, porque son los tambos los que alimentan a los pueblos”.

Además del tema calidad, Meprolsafe está trabajando en una línea sobre el tema de antibióticos en leche, que es materia prima que hoy se decomisa, que la industria no paga ni devuelve y debería retornar al productor, para que se utilice sin perjuicios y que no la pierda quien la produce.

“Es fundamental tratar de lograr un mecanismo de formación de precios. Tenemos que discutir de dónde sale nuestro precio, porque es un número que fija unilateralmente la industria”, manifestaron, argumentando que “lo que tenemos hoy es el promedio del precio pagado por las industrias, no lo que se puede pagar”.

“Nosotros hacíamos un relevamiento desde la góndola por el poder de compra, también referido al precio de exportación. Con eso sacábamos un precio tentativo, que siempre rondaba el diez por ciento de lo que podía cobrar de más el productor”, la entidad entiende que deben buscar otras alternativas a las actuales para poder encontrar resultados diferentes.

Semanas atrás la entidad dejó de asistir a los encuentros que la Dirección Nacional de Lechería organiza desde hace meses, sin plazos, para estirar las definiciones de un tema que cuenta casi dos décadas.

En detalle

“Esto no es un capricho”, empezó detallando Fernando Córdoba, para recorrer las alternativas de la propuesta.

Sobre la resolución 229, que se determinó luego de la 189, argumentó que “es muy liviana, porque no obliga a nada, no sirve”, a pesar de haber estado habilitada para ponerse en marcha por completo. Interviniendo la judicialización del caso, con sentencia a favor del Ministerio de Agricultura, fue más sencillo no activarla.

Tener una nueva resolución permitiría tener condiciones más equitativas para las partes y también poder generar cambios a través de anexos, para evitar complicaciones administrativas.

La Mesa de Productores de Leche de Santa Fe pretende que el precio de la leche se fije en planchada de fábrica. Los fletes deben estar liquidados aparte, para no repartir costos a quienes no los deben afrontar.

Las bonificaciones y penalidades comerciales deben ser cuantificables y auditables, sin incluir la distancia del flete. Los valores tendrán que informarse cinco días antes de la conclusión de cada mes, pudiendo cambiar los valores sólo en alza.

El valor de pago se distribuye en el 95 por ciento por composicion y cinco por ciento de bonificaciones. Del total de componentes, el 65 por ciento como mínimo se tendría que liquidar para grasa y proteína y 35 por ciento máximo en calidad higiénico-sanitaria.

Todo esto se tendría que entregar en detalle en una planilla de comparabilidad, para ver en que lugar está el tambo, respecto de los demas productores de una misma industria. Además se debe anexar el desagregado del mercado interno y externo para el destino de la leche cruda, para entender las diferencias a favor y en contra de lo que se cobra siendo responsable la Dirección Nacional de Control Comercial Agropecuario.

Los camiones que retiran la materia prima tienen que contar todos con caudalímetro, que se ajusten a la presión de cada tanque de frío. Con un sistema de doble muestra el productor puede tener constancia de lo que se retira del tambo, en 50 cm3 que sirven para los análisis según corresponda en laboratorios de referencia, arbitrales y de servicios, sin pertenencia a las industrias.

Con doble muestra para el contraste de datos, todas las empresas deberán hacer seis muestras mensuales, pasando gradualmente a 16 las grandes y 10 las pymes en un mes, con remitos de leche con titularidad para que quede constancia que la materia prima es del tambo remitente. Los establecimientos deberían poder testear con reactivos rápidos la materia prima para la detección de antibióticos, para evitar la pérdida de la materia prima. Para esto el Código Alimentario debe definir el límite máximo de residualidad.

El pago de la leche cruda tiene que tener gradualidad para la liquidación del 80/20 (calidad/bonificación) que rige actualmente, subir a 85/5, en 180 días 90/10 y quedar luego en 95/5 en 360 días, con tiempo suficiente para corregir problemas de Unidades Formadores de Colonias (problemas de higiene) y Células Somáticas (problemas sanitarios del rodeo).

Desde Meprolsafe existe la voluntad de encontrar a este proyecto con otros. La intención de esta propuesta integral es hacerla posible de aplicación para poder salir de lo que hoy existe con un precio promedio, general, sin precios de referencia que puedan mejorar las condiciones vigentes para todo el sector lechero.

Por Elida Thiery – Publicado en Agrofy News

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