Solicitan que las autoridades que sean electas los convoquen de urgencia «con el fin último de conservar una actividad que produce el más completo alimento del que dispongamos».
Tras movilización y concentración en Plaza 9 de Julio, centro de la localidad de Ucacha, realizada el viernes antes del balotaje presidencial, los productores lecheros autoconvocados de Ucacha y Zona, remarcaron la importancia y dinámica del sector, visibilizando la problemática y dando a conocer un documento donde, además de analizar la crisis, piden a las próximas autoridades sean convocados para buscar e implementar medidas acordes a la difícil situación.
El documento emitido por Productores Lecheros autoconvocados de Ucacha y Zona expresa textualmente lo siguiente:
En el presente documento pretenderemos en primer lugar destacar la importancia que tiene para la sociedad en su conjunto la actividad láctea, en segundo lugar, la importancia que tiene como generadora de riqueza conservando los recursos naturales y por último remarcar la desigualdad en el trato que se ha recibido desde las autoridades nacionales desalentado a quienes de esta actividad participamos.
La producción de leche por la naturaleza de su producción demanda una alta inversión en los establecimientos donde se desarrolla la actividad, por ejemplo, en alambrados, aguadas y viviendas para los trabajadores que allí residen. En este sentido, además es necesario destacar que se necesita una red de distribución eléctrica confiable para que se desarrolle la actividad lo que implicó que, en numerosas localidades como la nuestra para suplir esta necesidad se formaran cooperativas eléctricas y de servicios transformándose en importantes actores con impactos socio-económicos muy fuertes. Hoy muchas de estas cooperativas se sostienen gracias a la actividad ya que son los mayores consumidores de la energía rural.
Está demostrado que por unidad de superficie la actividad láctea genera 15 puestos de trabajo más que la agricultura, este aspecto no es difícil de entender ya que se necesita más mano de obra para la atención de animales, para los servicios veterinarios, servicios de contratistas como ensilado, henificado, personal de control lechero entre otras. Un tambo mediano sobre una superficie de 300 hectáreas requiere mano de obra por el equivalente a 17.520 horas hombre mientras que para el cultivo de soja o maíz sólo son suficientes 450 horas.
La producción de leche implica además la producción de carne generándose una gran actividad económica paralela y de recursos de las cuales se nutren importantes firmas consignatarias de Córdoba como es el caso de Scaglia, Mark Hermanos o la Cooperativa de Guillermo Lehmann en Santa Fe por mencionar algunas pero, lo interesante de la actividad láctea es que puede generar mayores ingresos que una actividad agrícola pero con la seguridad propia de una actividad ganadera, claro si es tratada como corresponde y no como en este último año.
Para dimensionar lo que implica la actividad, en una hectárea destinada a la producción de leche se pueden producir en el año 10.000 litros lo que equivale a unos 1.100 kg de leche en polvo que a precios históricos representaría en dólares un ingreso para el país de U$D 3.500 mientras que en la misma superficie la soja puede producir 3.500 kg representando en la actualidad U$D 1.800 con el ya mencionado derrame económico que genera en la sociedad la actividad láctea.
En segundo lugar, cuando planteamos que es una actividad que conserva los recursos naturales es porque está demostrado que los campos con actividad ganadera tienen mayores tenores de materia orgánica y secuestro de carbono, menores indicadores de degradabilidad del suelo y mayor capacidad de infiltración. Conservar la calidad del suelo donde producimos es básico para poder afrontar un futuro que demandara más y mejores alimentos.
Recuperar la fertilidad de los suelos no es sencillo ni económico ni rápido, podríamos decir que la producción de leche genera en el suelo todo lo contrario a lo que produce el maní a quien se le dio un trato diferencial a sabiendas de lo que el cultivo genera en el suelo.
Del total de la producción de leche de la Argentina, el 60% se genera sobre campo arrendado con contratos mayormente pactados en quintales de soja, la alimentación de las vacas en mayor o menor medida requiere de la suplementación con concentrados básicamente compuestos por maíz y soja o derivados de ellos. Es vital destacar estos aspectos para entender la problemática del sector ya que los sucesivos mal llamados programas de incremento exportador fueron letales para la actividad porque generaron una distorsión relativa de precios imposibles de compensar con manejo puertas adentro del campo.
Históricamente, el poder de compra de la leche debía ser suficiente para comprar dos kilogramos de maíz o uno de soja, hoy esa relación esta pulverizada producto del dólar diferencial que tienen los diferentes granos al punto tal que un litro de leche apenas vale 130 pesos mientras que el maíz vale 100 pesos el kilogramo y la soja 190 pesos en la misma unidad de medida.
Ante esta situación, las autoridades nacionales intentaron compensar el daño que generaron sus medidas en la actividad de dos maneras:
La primera con el denominado impulso tambero que consiste en un aporte con un tope de $960.000 para aquellas unidades productivas de menos de 7.000 litros o lo que es lo mismo 210.000 litros mensuales. Este aporte en esta escala implica una mejora en el precio $4.5 por litro de leche, muy lejos del incremento de $60 necesarios para igualar el precio de la soja.
En segundo lugar, se implementaron la quita de retenciones del 9% a los lácteos y se los incluyó en el Programa Incremento Exportador pero, como se exporta sólo un 15% de la producción láctea la mejora teórica en el tipo de cambio real para liquidar la leche en mercado interno es de un 10% mientras que para el complejo agrícola es esta mejora es del 51%.
A esta altura es indiscutible que las compensaciones fueron una burla ya que sólo cubren el alimento de 3 días en una explotación tambera.
El perjuicio causado a la actividad hace imposible que se pueda seguir produciendo, no se pueden tomar medidas sin medir las consecuencias, nuestro rol como productores es la de planificar la producción de forraje, la compra de insumos, la recría de vaquillonas, el armado de dietas, el manejo reproductivo, planificación financiera y una extensa lista de tareas para un negocio de largo plazo como es la lechería pero, en estas condiciones de improvisación constante es imposible planificar y sin planificación la producción cae, pierde rentabilidad y termina desapareciendo.
Si no se revisa la situación por la que estamos atravesando, situación que las autoridades son plenamente conscientes, a partir de 2024 la producción no cubrirá los requerimientos de la sociedad siendo necesaria quizás la importación de leche.
Vamos camino a perder la soberanía alimentaria en lo que a producción láctea respecta y para recuperarla debemos contar con gente motivada, capacitada, dispuesta vivir en el interior, invertir en infraestructura, transporte para la materia prima, redes eléctricas, servicios, etc, algo que ya tenemos y que estamos perdiendo.
En el mundo se mide en parte el nivel de desarrollo de los países por el consumo de leche por habitante, la producción nacional de leche está estancada hace 30 años, siendo 15 millones más de habitantes y aún sigue sobrando el 15 % de producción.
No es difícil comprender que cada vez se consumen menos lácteos en argentina en consonancia con el crecimiento de la pobreza, pero si algo puede ayudar a que los niños puedan tener mejores condiciones de aprendizaje es un buena alimentación y ello consiste en el consumo de proteína animales de alto valor nutricional en plena etapa de crecimiento para un mejor desarrollo físico e intelectual de la persona, ¿cómo se imaginan que esto puede ocurrir si la leche no va a alcanzar y hay que importarla?
La soberanía alimentaria no es más y más soja, es más productos como la leche, carne y los alimentos generados en todas las economías regionales.
Hoy estamos aquí reunidos porque nos están llevando a un callejón sin salida y sin retorno, productor que abandone la actividad no retorna a la misma, se debe no solo evitar que la abandonemos, sino que contagiemos a nuestras generaciones futuras para que la sigan y la hagan crecer y con ello la actividad económica de nuestros pueblos, provincias y país.
No mencionamos la sequía, no, no la mencionamos porque el clima es parte de las reglas del juego que estamos dispuestos a jugar, no así el cambio en las reglas económicas improvisadas y constantes.
Finalmente invitamos a todos los productores lácteos aquí presentes y a aquellos que no pudieron asistir a conformar una mesa regional de lechería e instamos además a las autoridades que sean electas por el mandato popular el próximo domingo 19 de noviembre a ser convocados con urgencia con el fin último de conservar una actividad que produce el más completo alimento del que dispongamos.
La cuenca de Ucacha en números:
Tambos: 55
Producción Diaria: 300.000 litros.
Facturación diaria: $ 40.000.000
Ingreso mensual a la localidad: $ 1.200.000.000 (mil doscientos millones de pesos)
Superficie afectada: 12.000 hectáreas.
Operarios: 280 / Familias 145.