El consumo de productos orgánicos está creciendo a gran escala en el mundo y Argentina no es ajena a esta tendencia. Frente a este panorama, y teniendo en cuenta el gran potencial de Argentina para proveer buena calidad de leche orgánica, Nestlé decidió trabajar junto a los tamberos para desarrollar este segmento que no existía hasta el momento en la industria local.
La producción de este tipo de leche implica cumplir con los estándares de producción orgánica cuidando el ecosistema del tambo, respetando el comportamiento natural de las vacas y no usando pesticidas ni agroquímicos. Estos deben cumplirse al 100% desde el inicio del proceso: al año, se logra la certificación de orgánico en conversión, que es la primera etapa en la certificación de orgánico y la cual habilita su comercialización. Al segundo año, se logra el certificado de orgánico.
Para lograr este desafío, Nestlé acompañó y asistió a 17 productores de leche durante más de tres años, con el apoyo de un equipo de técnicos especializados que funcionaron como guías. Desde la compañía, se generaron acuerdos con tamberos para hacer una inversión conjunta enfocada en la reconversión de tierras de pastura y la alimentación de las vacas libre de pesticidas y agroquímicos. Gracias al trabajo en conjunto, Nestlé alcanzó la certificación de la Organización Internacional Agropecuaria (OIA).
Actualmente, Nestlé está en condiciones de producir 3500 toneladas anuales de leche orgánica. Además, la empresa apunta a poder robustecer su producción para comenzar a exportar dado que no sólo este tipo de producto está siendo altamente demandado, sino que, además, la industria láctea en Argentina es sumamente competitiva en términos de calidad. Las condiciones de los recursos naturales del país y el conocimiento de los productores de materias primas, permite responder a las exigencias y demandas de los consumidores no solo argentinos, sino de otras partes del mundo. Es por ello que este desarrollo posee, sin dudas, un gran potencial de exportación.
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