Nuevas estrategias para controlar y reducir el uso de antimicrobianos

La lucha es sin cuartel para reducir la utilización de anticrobianos (Atbs) en tambos y lecherías de todo el mundo y en ese combate investigadores argentinos y británicos trabajan en una estrategia coordinada.

En este episodio VII de la vaca alrededor de la ubre alrededor de la vaca organizado por Aprocal, la doctora Cristina Ballesteros de la Escuela de Veterinaria, Bristol (España) expuso sobre el uso de antibióticos en la lechería, los riesgos que conllevan y la necesidad de su reducción.

Desde 1942, con la aplicación de penicilina las muertes se redujeron sensiblemente pero en los últimos años es muy notable un incremento de la resistencia bacteriana a los principales 10 antibióticos aplicados en ganadería.

Durante unos 70 años se aplicado diferentes estrategias antibióticas hasta 1987 pues desde ese año no hubo desarrollos químicos que se hayan introducido con éxito en esta lucha.

El 70% de los antibióticos son utilizados en la ganadería, en la avicultura y en la producción intensiva de peces y su incorporación ha sido creciente en estos últimos años. En Europa la venta de antimicrobianos para uso animal creció un 35% entre 2011 y 1017 y la expectativa de crecimiento de la introducción de antibióticos en las estrategias ganaderas intensivas se estima que crecerá un 67% hasta 2030 con la cada vez más importante participación de China, responsable de la aplicación de más de un tercio de estos antibióticos.

Esta mayor integración de antibióticos a la producción ganadera nos permite reconstruir la ruta de transmisión de estos químicos que combaten bacterias cada vez más resistentes que amenazan la salud humana y han empujado a que diversos países de Europa hayan impuesto límites cada vez mayores a la presencia de ellos en alimentos destinados a consumo humano.

La resistencia a antimicrobianos puede transmitirse de humanos a animales y para ello se debe abordar de modo colaborativo y crecer en seguridad alimentaria, donde están puesto puestos los desafíos. Microorganismos resistentes pueden pasar de alimentos a las personas.

La OIE ha listado una cantidad de antimicrobianos que pueden permanecer en la producción y por lo tanto hay que poner acento en ellos, y los ha reunido en tres grupos, caracterizados como críticos, muy importantes e importantes y por lo tanto debe tomarse recaudo para su aplicación.

En el siguiente gráfico de barras se explicita un estudio sobre consumo de antibióticos en 18 tambos e incluye oxitetracilina, rifaximina, lincomicina, sufadoxina, enrofloxacino y florfenicol. Los registros indican que la mastitis clínicas son las que mayor demanda de Atb tienen y luego siguen las enfermedades podales, uterinas y respiratorias.

En las guacheras la enfermedad prevalente fue la enteritis, patologías respiratorias y flebitis. Solo fueron tratados en este estudio aquellos animales que mostraban síntomas por lo tanto no fueron de aplicación masiva.

No hay datos sobre resistencia a antimicrobianos aún y los registros de Argentina están agregados a los de la región.

Conocer para intervenir con criterio

En Argentina se trabaja junto al Reino Unido en un proyecto para una reducción de utilización de antibióticos propendiendo a un uso más racional. Se trata de un consorcio interdisciplinar de académicos, veterinarios y representantes del sector público de Argentina junto a académicos del Reino Unido.

El objetivo de este trabajo conjunto es:

-Comprender cómo los productores de ganado lechero y porcino manejan la sanidad animal y los factores culturales, económicos y regulatorios que influyen en el uso de antibióticos y en el riesgo de aparición de resistencias.

-Realizar una cuantificación sistemática de los antibióticos utilizados por los productores de leche y porcinos en Argentina y explorar su relación con la aparición de resistencias.

-Cuantificar niveles y tipos específicos de antibióticos y metales pesados presentes en el ganado, los establecimientos y sus entornos circundantes y su relación con la presencia de resistencias.

-Apoyar el desarrollo de un sistema de regulación y monitoreo de la resistencia basado en riesgos.

Medición y reporte del uso de antibióticos

Esta etapa del trabajo reposa en diferentes objetivos, entre los que están los siguientes:

-Conocer y caracterizar a las Atbs en cada establecimiento

-Identificar a los factores de riesgo en los establecimientos para su uso

-Estudiar la asociación entre el uso de Atbs y la resistencia

-Promover el uso responsable de Atbs entre productores y veterinarios

-Comparar diferentes métricas utilizando los mismos datos de uso

-Comparar datos entre especies

La idea es comparar miligramos por peso vivo, miligramos por unidad correctora de población, n° de dosis por animales/año, n° de tratamientos cada 100 animales, entre otros.

Como metodología para hacer un seguimiento, la organización ha propuesto diversos métodos entre los que pueden nominarse el libro registro diario, registros electrónicos, stocks de fármacos y conteos de tachos, que fue la metodología seleccionada.

Otro plano de la investigación quiere conocer la presencia de resistencias, también  la contaminación bacteriana en el establecimiento y su entorno próximo y la evaluación de los factores de riesgo. Se recogen muestras fecales de los animales en cada establecimiento, líquidos de efluentes y agua de bebida para los animales. A partir de los se puede hacer análisis microbiológicos y conocer la presencia de metales pesados (cadmio, plomo, arsénico y cobre) y residuos de antibióticos.

Todos estos datos permitirán identificar los modos de transmisión y cuáles son los puntos más importantes donde se alojan las bacterias resistentes y cómo influye la presencia de metales pesados en el estímulo y aparición de resistencias.

Este es una investigación exploratoria y permitirá conocer más sobre esta problemática y generar iniciativas para su manejo correcto.

El área de estudio se lleva adelante en las regiones donde hay una mayor concentración y son unos 30 tambos en cuencas de Córdoba y Buenos Aires (todos con más de 150 vacas en ordeñe en régimen semipastoril), y en 40 granjas porcinas de Córdoba, Santa Fe y provincia de Buenos Aires.

Al cierre de su exposición, la doctora Ballesteros agradeció a un equipo amplio de investigadores e investigadoras que llevan adelante este trabajo con un enfoque participativo con el uso de herramientas de investigación diversa.

Por Osvaldo iachetta / Redacción TodoLechería

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