El sistema de compra-venta de leche en la República Argentina es bastante particular. Al tratarse de una lechería que vende en un 80% de su producción al mercado interno, y en un 20% al mercado internacional, nunca queda del todo claro cómo es la fórmula que permite anticiparse a conocer los precios en tranquera de tambo y por lo general –salvo en productores con alto poder de negociación- el precio es el que la liquidación (a mes vencido) le entrega la usina láctea.
Y en tiempos de pandemia, y de multiplicación de rumores, nunca como en este junio de 2020 se hizo tan difícil proyectar la evolución de ese valor, habida cuenta que desde la industria recalcan y remarcan –off the record- la necesidad de bajar los precios ya que el mix de mercado interno (centralmente por la gama de quesos que se venden con fluidez) tira hacia abajo, al igual que el bajo valor del principal producto de exportación (la leche en polvo entera).
Junto a ello, el fuerte crecimiento de la producción es otro elemento bajista, ya que a juicio del Observatorio de la Cadena Láctea implicaría que se incremente este año entre 500 y 800 millones de litros, y no hay mercado que absorba –con valores sustentables- ese plus de producción.
Así fue que en Junio La Serenísima se anticipó y anunció que no bajará. Le siguió Punta del Agua. Y tras esas decisiones, y aunque los recorredores de tambos, y equipos de compra de materia prima habían anunciado bajas, de manera telefónica, tanto Saputo, Danone, y otras empresas anunciaron que no bajarán el precio, y repetirán los valores para la leche remitida en junio.
Las excepciones parecen estar dadas por algunos pooles que percibían valores en el entorne de $20 por litro que están sufriendo bajas y también se verifican caídas en la compra de leche de terceros.
¿Qué pasará con la leche de julio?. “Para eso falta una eternidad”, apuntó un industrial Pyme de la Cuenca Vila María.
Por José iachetta – Redacción TodoAgro