Y un día el queso tandilero se reposicionó a nivel internacional, concluyendo un largo trabajo administrativo y de elaboración de más de dos años. Una década había pasado de la última carga con quesos desde Tandil hacia el norte del continente americano. En el medio hubo mucho proceso cambiario que complicó las exportaciones, lo que junto a los vaivenes restrictivos de Argentina hicieron que se frenara esa posibilidad para un sector amplio de la producción local. La empresa Don Atilio trabajó sostenidamente durante los últimos meses para poder romper esa racha y enviar provoletas parrileras a la ciudad de Miami, en el Estado de Florida (EE.UU.). «Estamos muy contentos porque ha sido un trabajo muy importante entre todo el equipo. Volver a los estados Unidos siempre es un desafío importante», indicó Esteban Magnasco, presidente de la empresa.
«Es un desafío importante para nosotros porque se trata de un mercado grande. Logramos además tener habilitaciones para exportar a muchos países de América», indicaron desde la empresa.
Este acontecimiento es un gran logro para la actividad quesera de la región, que a través del Cluster Quesero viene desarrollando diversas acciones para continuar posicionando los productos, tanto a nivel nacional como internacional. Esteban Magnasco dialogó con el diario El Eco de Tandil y manifestó que «los protagonistas, sin dudas, fueron todos los integrantes de la empresa, los que a lo largo de todo el proceso de producción, desde elaboración, calidad, armado y despacho de la mercadería supieron estar a la altura de las circunstancias y asimilar las altas exigencias. Después de dos años y medio, pudimos ponernos a tono para poder hacer la primera exportación a Estados unidos. La carga ya llegó, todo salió muy bien, retomando la senda que iniciamos en 2002 y después se cortó, fundamentalmente por el tema cambiario y por los precios máximos que se usaban en ese momento, donde los números no cerraban».
Fuente: Diario El Eco de Tandil
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