El mal tiempo y las lluvias intensas en diversas cuencas lecheras está complicando el transporte de leche. Se incrementaron los accidentes, el negocio está con márgenes muy finos y sufre aumentos de costos, pero también se detectó un aumento de robos de leche
El cambio de la matriz económica que acontece en Argentina, ha implicado nuevos desafíos para el transporte en general y el transporte de leche y lácteos en particular.
El Índice de Costos del Transporte, elaborado por la Federación Argentina de Entidades Empresarias del Autotransporte de Cargas (FADEEAC), registró en septiembre un aumento mensual de 2,71% y acumula 75,5% en 2024.
De acuerdo con el Índice de Costos de Transporte (ICT) que elabora la Federación Argentina de Entidades Empresarias del Autotransporte de Cargas (FADEEAC) y audita la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Buenos Aires (UBA), el sector acumula una suba de 75,5% de enero a septiembre y de 185,2% en los últimos doce meses.
Pero además en Argentina, el transporte terrestre es responsable de aproximadamente el 94% de movimientos de cargas y se somete a dos factores de riesgo: la escasez de choferes y la falta de infraestructura vial, indica un reporte de la Cámara Argentina del Transporte Automotor.
Se prevé que en 4 años haya 110.000 puestos de choferes sin cubrir, un 17% del total del sector y que, a su vez, menos del 12% de los conductores son menores de 25 años. Por ello, una posible solución es que se baje la edad de 21 a 18 años para poder manejar camiones de menor porte en Argentina.
En particular para el sector lechero, las cosas son similares. “El negocio de transportar leche sigue complicado. Seguimos igual, es decir una tarifa atrasada y baja”, indicó un dirigente transportista.
Pero hay más. Por estos días una serie de una serie de accidentes en el transporte de leche en rutas y caminos internos pusieron en foco al sector transportista lácteo. Por ejemplo, con un choque sobre la Ruta 4, entre las localidades de Ausonia y La Laguna, donde colisionaron un camión que transportaba de leche y una camioneta Toyota Hilux (ver foto de portada).
La semana anterior otro camión –en este caso con suero- volcó tras una mala maniobra del conductor sobre la Ruta 158 (trayecto que incluye al mayor corredor de leche de Argentina), donde transitan cientos de camiones de transporte de leche y lácteos por día.
Desbarataron varios robos de leche
“La crisis genera ideas”, algunas buenas, otras no tanto. El robo de leche y el “perreo” de leche forman parte de esos atajos con los que algunos choferes inescrupulosos sumados a algunos desesperados y otros “avivados” creen que pueden transitar sin riesgos.
La tecnología ayuda a combatir estas desviaciones, como por ejemplo, el seguimiento satelital, las cámaras de visión nocturna, los análisis de cada recibo y las visitas fuera de hora a algunos tambos. Un ejemplo fue haber descubierto en la zona de La Herradura a un conductor al que lo traicionó la ambición. Paró su camión y esperó la llegada de una Kangoo en no muy buen estado, que poseía un tanque de 300 litros dispuesto a recibir leche –cuyo destino no se pudo precisar-, y otro tanque con 300 litros de agua para que el volumen total del fluido no se note.
Otros artilugios como la seducción de algunos conductores “necesitados” a los que se les aporta en dinero en efectivo en canje por leche –que se roba de a poco, periódicamente- también son moneda corriente, y se han acrecentado en estos tiempos. Algunos industriales apuntan que, en algunos casos, ello sucede sin que los camiones tanque se detengan (y por ende no generan la sospecha a través del seguimiento satelital) sino que trabajan como los aviones que reabastecen a otros aviones en vuelo, solo que aquí es en la tierra y se trata de robo de leche.