Tratar selectivamente la mastitis ahorra dinero, evita descartes y reduce resistencias

El investigador Marco dos Santos, médico veterinario y profesor de zootecnia de la Universidad de San Pablo compartió recientes investigaciones sobre la terapéutica en el tratamiento de la mastitis.

En los tambos se hace diagnóstico visual y cuando se encuentra alguna alteración en la leche se diagnostica mastitis clínica y de allí se decide una terapia con antibiótico. Durante unos días se descarta la leche, por ello es costoso e implica un impacto importante en los costos. Luego se evalúa visualmente si la terapia fue eficaz o no.

Y señala Dos Santos que allí hay una buena oportunidad para cambiar algunos criterios y evitar el uso extendido de antibióticos.

En un reciente trabajo de investigación se evaluaron 4390 vacas por mes, de 20 tambos brasileños y se evaluaron 5600 casos de mastitis. Allí pudo observarse que los casos graves solo eran el 5,6%, los moderados el 34,1 mientras que los leves alcanzaron al 60,1%, “lo que nos indica que menos del 6% de las vacas con esa afección requería tratamiento con antibióticos”, subrayó el experto y señaló que el resto podía esperar un diagnóstico certero para aplicar el antibiótico preciso.

En los 20 tambos, con 4212 casos de mastitis pudo observarse que el 44% fueron negativos, el 14% de bacterias Gram negativas y el 35% dieron positivos. “Esto nos muestra que en más de la mitad de los casos el Atb no tenía donde actuar, su aplicación fue inocua”, precisó.

¿Cómo reducir el uso de antibióticos?

Dos Santos afirma sin ambages que el camino es la terapia selectiva. El primer paso es evaluar la gravedad de los casos, identificar el enemigo y trabajar sobre ellos.

El segundo punto es observar la característica de la vaca y allí surge la pregunta: ¿tiene sentido tratarla? ¿Cómo es su historia? ¿Qué edad tiene?

El tercer paso es identificar la bacteria y de allí definir un protocolo más adecuado. De allí surgirá le necesidad de decidir la extensión en tiempo que tendrá este proceso de curación.

De la investigación se desprende que solo el 8% son casos graves y que fueron combatidos con antibióticos específicos e inmediatamente.

El Banco de datos OnFarm hace un seguimiento de 2026 tambos y casi 14 mil casos de mastitis y de esos registros surgen que los casos leves llegan casi al 60%, los moderados al 34% y los casos graves solo acreditan el 8%. A partir de allí, el segundo paso es identificar los casos “incurables” y allí veremos que el 10% de ellos están en esta situación pues la respuesta al combate con atbs es casi nula. Son aquellas vacas que tienen esta aparición recurrente o del recuento de células somáticas se desprende esta decisión. De allí se decide el secado permanente o parcial y en algunos casos el descarte.

El concepto de terapia selectiva implica dar tratamiento solo cuando es necesario.

En un reciente trabajo se evaluaron casi 1400 casos de mastitis clínica en cinco fincas. La pregunta clave se da al momento de decidir si es eficiente el tratamiento o no.

La curación bacteriológica demostró que la terapia selectiva tuvo resultados muy similares que cuando se actuó en grupos de control, con la enorme diferencia del ahorro de aplicaciones de antibióticos en las terapias selectivas, con el ahorro de un ¡73% de las dosis!.

Control de mastitis en el secado

Hay una estrategia tradicional que es la terapia de la vaca seca, que se utiliza desde 1960 y se asienta en la cura de enfermedades existentes y una promesa de prevención de futuras afecciones.

La otra es a través del sellador interno de pezones y esto acompañado de reducir riesgos a través del confort del animal. 

Un estudio llevado adelante por el grupo de investigación de Dos Santos en cinco fincas y 578 vacas y 2170 ubres evaluadas mostraron un 80% de negatividad. Y se llegó a la conclusión que en lo rebaños con vacas que tienen un bajo recuento de células somáticas (RCS) no se mostraban infectadas en el período de secado. “Por ello el tratamiento generalizado de vacas en el período de secado no es una estrategia eficiente, y para decidir tratarlas o no hay que tener un criterio de selección”, propone el especialista.

Allí se observan ejemplos de países que utilizan terapias selectivas para aplicación de antibióticos y lo central reside en el RCS cuando la vaca está finalizando su etapa de producción previa al secado.

Los tambos por debajo de 250 mil CS y los que tienen un alto RCS son las que tienen más posibilidades de mastitis. Para una mejor toma de decisiones Dos santos propone la siguiente vía de acuerdo al nivel de CS y la historia propia de cada vaca para enfocar la terapia.

Al cierre de su exposición el investigador reafirmó las ventajas de la aplicación de terapias selectivas para decidir el uso de antimicrobianos y para ello citó un reciente trabajo sobre 11 investigaciones en Canadá donde el abordaje terapéutico selectivo pudo reducir un 66% la utilización de antimicrobianos. Con estos registros, el interrogante que surge es si una terapia selectiva no incrementará el número de casos en el nuevo ciclo y de allí se desprende el siguiente gráfico como resultado:

Allí puede apreciarse que los riesgos son inexistentes y solo mostraron un incremento de las posibilidades cuando no se utilizó el sellador de pezones, con la consiguiente duplicación de riesgos venideros. Puede advertirse una muy pequeña diferencia en el RCS y una residual reducción en la producción de leche.

Para concluir, Dos Santos reafirmó las ventajas de tratamientos selectivos en mastitis, con una considerable reducción de antibióticos, un menos descarte de leche por presencia de atbs y un avance en la disminución de las resistencias a antimicrobianos.

Por Osvaldo iachetta / Redacción TodoLechería

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