A través de un comunicado, la industria indicó que la medida de fuerza obedece a que no logró completar el viernes 5 de enero (cuarto día hábil del mes) la totalidad del pago de los salarios, sino un porcentaje de ellos.
Esa situación, según la empresa, fue informada al personal y a la Asociación de Trabajadores de la Industria Lechera de la República Argentina (Atilra), y que se cancelaría el resto de los haberes «durante los tres días hábiles siguientes, para lo cual tenía programado su flujo de fondos».
El retraso en el pago de los salarios por parte de la empresa, que está en concurso de acreedores desde 2018, fue ocasionado principalmente por la disminución en las ventas y cobranzas durante los 45 días previos, producto de demoras en el abastecimiento de material de empaque.
Con un plantel de 129 trabajadores, el salario promedio es superior a los $ 1.250.000, según indicó la empresa.
Cómo es la situación financiera de la usina láctea
Si bien la usina láctea viene arrastrando dificultades y restricciones financieras desde su presentación en concurso preventivo de acreedores en noviembre de 2018, sus directivos aseguran que hasta el 5 de enero se encontraba al día con las remuneraciones de bolsillo de todo su personal y operando con normalidad.
«El paro resultó absoluto y total en todos los sectores: productivos, administrativos, financieros, comerciales, logísticos y de servicios, lo cual entorpeció radicalmente la totalidad del funcionamiento empresarial, que quedó sólo en manos de una veintena de personas fuera de convenio acompañadas de una decena de empleados por el Programa Primer Paso, aunque fueron infructuosos los mayores esfuerzos para suplir el faltante de sus 129 capacitados compañeros de trabajo», admitió la empresa.
Los directivos de la empresa aseguran que, cuando comenzó la medida de fuerza, en los tanques había 250.000 litros de leche, de los cuales hasta el momento 70.000 litros debieron decomisarse por imposibilidad de ser procesados.
«Desde la iniciación de la medida de fuerza, la empresa se ha visto impedida de facturar hasta la fecha más de $800 millones, lo que la lleva a un desfinanciamiento absoluto, más aún cuando no tiene acceso al crédito bancario desde 2018″, reveló la empresa.
Ante estas dificultades, la empresa sólo ha podido cancelar a una parte del personal el 100% de sus haberes y cubrir sólo en parte las cuentas bancarias, lo que provocó la devolución de cheques por falta de fondo a proveedores y ocasionó, entre otros efectos, que muchos tambos decidieran no entregarle la leche.
«Le manifestamos al gremio que la imposibilidad de operar llevaría a la empresa al colapso. Aun así, la intransigencia y la hostilidad se mantuvieron inamovibles», advierten desde la empresa.
A partir de una presentación realizada por la firma en la Secretaría de Trabajo de la Provincia, la autoridad competente citó a las partes a una audiencia para el próximo lunes 15 de enero.
Mientras tanto, durante una asamblea de personal, el gremio resolvió no aceptar la nueva propuesta empresarial y continuar con la medida de fuerza por tiempo indeterminado hasta que se abone la totalidad de los salarios.
Por el momento, la producción en la planta sigue paralizada.
Desde la dirección de la empresa, indicaron que continúan haciendo los mayores esfuerzos para obtener los fondos necesarios y poder reiniciar las operaciones.
Fuente: IProfesional.com